El 8 de noviembre se cumple el 16º aniversario de la muerte del prestigioso sacerdote salesiano, Juan Luis Fanzolato, quien se caracterizó por su carácter afable, ameno en el trato, prudente en sus consejos, lo que hizo que todos lo estimaran.

Para comprender su personalidad podemos citar una característica: la fe en la juventud. Estaba convencido que las futuras generaciones harían por el país lo que no pudo hacer la suya. Su permanente entusiasmo, genio de la sinceridad y medio para alcanzar el triunfo y su optimismo estaba basado en la fe en María Auxiliadora.

Fanzolato nació en Buenos Aires, en el Barrio de Almagro, el 19 de junio de 1905 y en 1931 fue ordenado sacerdote. Su primer destino fueron los rancheríos criollos de La Pampa. Cumplió funciones sacerdotales en Córdoba y en Tucumán donde se desempeñó como director espiritual, en el ámbito social y en la formación del joven.

Fue el primer presidente del ISLA (Instituto Superior Laboral Argentino), entidad civil que respondió a la iniciativa de Enrique Lorenzo Fernández, ex secretario general de la CGT-San Juan. Esta institución abrió sus puertas el 31 de marzo de 1965 y el 1º de abril de 1970 el santo sacerdote salesiano inauguró las actividades de la Escuela Experimental Femenina, hoy Colegio Santa María, fundada por él y con el aval del entonces gobierno de la provincia. Entre la tarea programada por la institución se buscaba formar un joven con competencias morales y espirituales a lo que sumaba la práctica de actividades femeninas útiles para toda mujer de hogar.

Los estatutos de ISLA señalaban que esta entidad "no tiene fin lucrativo ni impondrá discriminaciones políticas, religiosas ni raciales a sus alumnos pero reflejará en su investigación y su enseñanza el mensaje cristiano en la búsqueda del amor al prójimo, el respeto y la disciplina…".

No podemos dejar de rescatar de la vida de este sacerdote, líder de los jóvenes y respetuoso de la dignidad humana, a través, sobre todo, de la figura del más necesitado y del trabajador, algunos de los muchos conceptos que signaron su vida: "A ustedes jóvenes les digo: ¡Cómo me gustaría ponerles pólvora en la sangre!". "No hay que cansarse de ser amable y cortés. La cortesía no rebaja; enaltece". "Nunca mueren los que siembran sí los que quedan saben cosechar".