Chicas bonitas abundan en el planeta. Modelos que se atrevan a posar para los flashes y las cámaras, en poses más que provocativas; también. ¿Entonces qué tendría de llamativo que Irina Shayk lo haya hecho recientemente, para la famosa revista masculina GQ, dejando catatónico a más de un señor desprevenido que se puso a hojear el magazine? Nada, excepto que la hermosa rusita que mostró sus talentos en esas páginas es nada menos que la novia del famoso y millonario futbolista, el no menos apuesto Cristiano Ronaldo.

En realidad había vida en la carrera de la exótica morena de ojos claros antes de que el astro del Real Madrid se cruzara en su camino, hace apenas tres meses. Con tiernos 24 añitos -es un año menor que él- la ascendente Irina había protagonizado las campañas de Giorgio Armani, de las líneas de ropa interior de Victoria’s Secret e Intimisissimi, y venía de unas cuantas tapas de revistas, como la Sports Illustrated. Sin embargo, nadie puede negar que desde que Ronaldo puso sus ojos en ella y blanquearon romance, su nombre dejó de asociarse con el de alguna tenista o gimnasta rusa en vías de desarrollo.

Acaramelados y sin prestar oreja al qué dirán, ni ojos a los flashes furtivos, se dejaron ver juntitos en varios encuentros públicos, donde el portugués no mesquinó arrumacos, mimos y besos a la bella Irina.

Ella, en cambio, tiene un perfil bastante más gélido (¿secuelas genéticas de la Guerra Fría?), aunque bien lo disimula en estas famosas fotos que -como era previsible- ya se ganaron su buen espacio en la web. Y sólo basta tipear su nombre para comprobarlo.

Jóvenes, hermosos, exitosos, con futuro… todo cierra en esta nueva historia rosa de siglo XXI, excepto que… En una reciente entrevista, Irina confesó que el fútbol no le gusta para nada. Y él, aunque usted no lo crea, no puede zafar de su fama de mujeriego y hasta aseguran que le puso los cuernos a la hermosa rusita. Y, nada es perfecto…