A Ischigualasto le salió un competidor. Pero en una competencia en la que nadie pierde. Así como el Valle de la Luna es el rey indiscutido de la paleontología en San Juan, ahora hay un nuevo lugar que se planta desafiante como la renovada meca de los fósiles de dinosaurios. Se trata de Marayes, un gigantesco paraje desértico y apenas poblado en Caucete, a más de 150 km de la Ciudad, donde encontraron restos de un dinosaurio que, según todo indica, perteneció al Jurásico Inferior. Si bien ese hallazgo sucedió hace ya nueve años, su estudio fue completado y oficializado recientemente y constituyó apenas el hito que le abrió la puerta a la nueva historia. Hoy Marayes saltó al primer plano: el "nuevo" dinosaurio lleva su nombre al mundo (Leyesaurus marayensis), se viene una serie de campañas geológicas y paleontológicas en ese lugar y, por si fuera poco, el Foncyt (Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica, que depende del Ministerio de Ciencia de la Nación) decidió financiar una investigación de 3 años en esa localidad, que estará a cargo del Museo de Ciencias Naturales de la UNSJ.

Como casi siempre en los descubrimientos paleontológicos, la casualidad jugó un rol primordial. A esos fósiles presentados la semana pasada en la revista científica mundial Plos One los encontraron porque un baqueano le dijo a un paleontólogo que, diez años atrás, un familiar suyo había visto "unos huesos" entre las piedras. Y así empezó todo, con un cóctel de curiosidad, aventura, conocimiento y riesgo. Los puesteros que ayudaron en la búsqueda viven en el pequeño paraje marayense de Balde de Leyes. Por supuesto, casi todos se apellidan Leyes. Entonces ahí vino el bautismo para este sauropodomorfo: Leyesaurus, por la familia y el puesto; marayensis, por el pueblo caucetero.

"Le ponemos muchas fichas a Marayes", dice entusiasmado el paleontólogo Ricardo Martínez, quien encabeza la investigación en ese lugar. "Marayes es la tierra prometida nuestra -agrega-, le queremos poner fichas a lo largo de muchos años de aquí en adelante. El trabajo aprobado por el Foncyt, de 3 años, es sólo el comienzo. Tenemos muchísimas expectativas con esta zona, sé que esto va a dar para muchos años de trabajo. Vamos a encontrar más fósiles, seguramente, va a aparecer mucho. Pero no sabemos qué: es una cuestión de suerte. No buscamos algo específico, sino que vamos y buscamos lo que haya".

Para llegar a este punto tuvo que haber un aporte científico importante al principio. El Leyesaurus trajo bajo el brazo un dato visceral: según parece, los dinosaurios fosilizados en Marayes no pertenecen al Triásico, como los de Ischigualasto, sino al Jurásico Inferior. En otras palabras, en lugar de tener entre 215 y 230 millones de años de antigüedad, ostentan entre 190 y 200 millones. Esto indica que ese tipo de animales fue el que más se extendió en el Hemisferio Sur, teoría iniciada con un fósil hallado en Sudáfrica, continuada con otro posterior encontrado en Mogna, Jáchal (al que llamaron Adeopapposaurus mognai), y reforzada ahora con el de Marayes.

Pero no es un solo fósil lo que le da la importancia al paraje. Además de ser la primera investigación paleontológica sistemática en el lugar (ya se hizo un intento en los "70, que derivó en un fósil que se terminó extraviando y en una publicación de apenas cuatro páginas), tiene una continuidad estimulante. Es que hace dos años el equipo de la UNSJ volvió al lugar por nuevos fósiles, y los encontró: 9 restos, entre ellos vértebras más largas y restos de un animal que sería un 40% más grande que el Leyesaurus, pero aparentemente del mismo linaje, ya que este grupo evolucionó hacia el gigantismo. "Con estos hallazgos en dos campañas, estoy seguro de que Marayes se proyecta como un nuevo yacimiento muy importante de dinosaurios -augura Martínez-. El área es gigante, nosotros hemos prospectado sólo el 0,05% de la zona (un área de menos de 10km2) y aún así hemos encontrado todo esto. En 3 años no nos alcanzará para cubrir ese área tan grande". Si a esto se agrega los estudios geológicos que iniciarán, se puede considerar que los investigadores están frente a una veta dorada.

El Leyesaurus es el tipo de animal prehistórico que muestra la saga hollywoodense Jurassic Park: el grandote manso, que no molesta ni es molestado, y que come de las plantas de arriba moviendo apenas su cabecita pequeña. Estos dinosaurios midieron hasta 47 metros de cabeza a cola y pesaron hasta 100 toneladas. El Leyesaurus, por ser uno de los primeros aparecidos antes de convertirse en gigantes, tenía un largo calculado en casi 3 metros y una altura de 1,5 metros del piso a la pelvis.

Ya ingresado este hallazgo hace apenas cuatro días al registro mundial de dinosaurios, ahora queda un mundo por adelante. "San Juan es tierra de dinosaurios y eso tiene un gran valor científico y turístico" dice Martínez. Y sueña: "Hay que retomar la idea de hacer una Ruta del Dinosaurio, que incluya a Marayes por la importancia que está empezando a tener ahora".