“No lo esperaba pero tampoco creía que podía suceder. No me gusta meterme en las decisiones de los demás. Passarella me echó y seguramente creerá que es lo correcto”, disparó Angel Cappa minutos después de confirmarse su despido. “Mi contrato era para 38 partidos (hasta junio de 2011) y no se puede interrumpir tanto tiempo antes. Pero debo dejar claro que no renuncié, sino que me echaron”, remarcó. “Esto es una locura -siguió-. Así no se puede trabajar. Acá están las reglas tácitas de un fútbol cada vez peor precisamente por estas cosas. Hoy (por ayer) no esperaba nada de esto”. “Estaba en un proceso de búsqueda y en los 18 partidos en que dirigimos al equipo sacamos el 50 por ciento de los puntos, lo que no está mal teniendo en cuenta el caos en el que estaba sumido River”, argumentó. Después el técnico aseguró que Passarella no lo “desilusionó, porque ahora es dirigente y no jugador ni entrenador. Decidió despedirme y listo. Seguiremos teniendo una buena relación”, anticipó. “Las decisiones ni las escucho, porque una vez que un directivo la tomó ya está, las explicaciones no sirven”, puntualizó. “Menos en Inglaterra, el fútbol está así en todo el mundo. Alex Ferguson no ganó nada en los primeros cinco años y lleva 24 en el Manchester”, comparó. Después Cappa retrocedió en el tiempo, aunque no demasiado, para bajar en su anterior equipo. “Lo que me pasó en Huracán fue inigualable y lo llevaré conmigo durante toda mi carrera deportiva”. “Pero los dirigentes son todos iguales, en la liga de mi pueblo y en el Real Madrid. Los que tienen un proyecto y lo mantienen no existen, salvo el mencionado Manchester United, Liverpool o Arsenal”, completó.
