La dirigencia de San Lorenzo anunció ayer que formulará una presentación en el Comité de Seguridad que interviene en la ciudad de Buenos Aires para que el Nuevo Gasómetro “no sea suspendido”, tras los episodios de violencia que se registraron el domingo último, en el partido con Colón de Santa Fe, con un flojo arbitraje de Abal.

El vicepresidente segundo de la entidad del Bajo Flores, Roberto Rivas, informó que mañana se juntarán con las autoridades de la Ucpevef (Unidad de Prevención de Seguridad en Espectáculos de fútbol), con la intención de presentarle un escrito en el que deslindan responsabilidad. “San Lorenzo no tuvo responsabilidad en lo que pasó. Por eso, nos parecería injusto que nos suspendieran la cancha”, expresó.

Si bien todavía no hay medida oficial tomada, una de las especulaciones indica que la cancha de San Lorenzo sería suspendida, como mínimo, por tres partidos, a raíz de los choques y corridas de los hinchas con la Policía, una vez concluido el encuentro ante los sabaleros.

La violencia se desató después de la controvertida decisión tomada por el árbitro Abal, quien no supo interpretar correctamente el reglamento y no convalidó una posición adelantada de Federico Higuaín en la maniobra previa al gol de Ariel Garcé, que significó el 1-1. “No vamos a pedir la suspensión de (Diego) Abal, pero sí imaginamos que no lo designarán más para dirigir a San Lorenzo”, apuntó Rivas.

Por su lado, el intendente Sergio Constantino cargó las tintas y cuestionó la conducta del cuarto árbitro, Paulo Vigliano, a quien le objetan haber hecho “gestos inapropiados”, cuando la terna arbitral se retiraba del estadio Pedro Bidegain en patrullero.
Por otro lado, el arquero del Ciclón, Nereo Champagne, dijo ayer que “nosotros nos equivocamos en no seguir la jugada. Paramos porque teníamos al línea de frente (Julio Fernández). Nuestra desatención no tiene vuelta atrás, pero Abal tenía tiempo de remendar su error antes de volver a sacar del medio”.