Se notó su ausencia

La ausencia del volante sanjuanino, Rubén Botta, se sintió demasiado en Tigre. Es que sin el zurdo, que fue operado el sábado de la rotura de ligamentos cruzados, el equipo de Néstor Gorosito no tuvo un generador de juego, ni desequilibrio en los metros finales del encuentro.
Sólo Martín Pérez García fue capaz de generar cierto riesgo de tres cuarto de cancha en adelante. Se trató de un trabajo muy pobre para el Matador que tiene todo apuntado a la Copa Libertadores.