Aunque hay antecedentes a fines del 1890, se dice que fue Alejandro Campos Ramírez, conocido como Finisterre, quien en 1936 inventó el metegol en su tiempo libre ya que fue escritor y periodista republicano.
Había nacido en España y justamente en 1936 quedó sepultado en uno de los bombardeos de Madrid durante la Guerra Civil Española. Lo trasladaron en un primer momento a Valencia pero como las heridas eran graves tuvieron que llevarlo a un hospital de Monserrat. Allí conoció a muchos otros heridos como él, que no podían jugar al fútbol y fue entonces cuando desarrolló en su cabeza la idea del metegol inspirándose en el tenis de mesa.
Alejandro Finisterre le confió a su amigo Francisco Javier Altuna, un carpintero vasco, la fabricación del primer Metegol según sus instrucciones. Luego lo patentó y así se conoció en el mundo entero.