Lentas, poderosas y subterráneas, así se mueven las arenas petrolíferas que conforman los enormes yacimientos que se encuentran en la zona canadiense de Alberta. Este paraíso de arenas negras posee en su suelo gran parte del futuro de la industria petrolera mundial. La cifra total verificada de reservas en las arenas petrolíferas canadienses asciende a la increíble cantidad de 1,7 trillones de barriles. De esta manera, se convierte en uno de los mayores depósitos de hidrocarburos del mundo. Sólo Arabia Saudita posee una reserva de petróleo recuperable que pueda compararse con los de esta región canadiense. Por eso, el Departamento de Energía de EEUU considera las arenas petrolíferas de Alberta como la segunda mayor reserva de petróleo del mundo.
A su vez, la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo y la anglo-holandesa Shell Oil sostienen que las reservas del país del norte son las más grandes del mundo.
La región donde se encuentra actualmente dicho yacimiento pertenecía anteriormente a la Compañía de la Bahía de Hudson. En 1870, dicha compañía cedió sus territorios al gobierno de Canadá. El lugar pasó a llamarse Territorios del Noroeste, y ocupaban la región donde actualmente se encuentran, además de Alberta, Manitoba, Nunavut y Saskatchewan, otras zonas pobladas de arenas petrolíferas. En 1882, el gobierno canadiense bautizó la región con el nombre de Alberta, en homenaje a la princesa Louise Caroline Alberta, cuarta hija de la reina Victoria de Inglaterra.
Se espera que la producción de Alberta aumente de casi 1 millón de barriles por día en la actualidad a 3 millones de barriles por día en 2015. Roger Melley, Director de Desarrollo Comercial de Arenas Petrolíferas de Brenntag Canada, afirma que “se invirtió más de 55.000 millones de dólares en proyectos de desarrollo de arenas petrolíferas entre 1996 y 2006. Se espera una inversión cercana a los 100.000 millones de dólares hasta 2017. A medida que las reservas convencionales de petróleo y gas disminuyen, las arenas petrolíferas de Alberta se convierten en un sector fundamental”.
Las arenas de oro negro son depósitos de bitumen, un fluido viscoso semejante a una melaza que no fluye, a menos que se someta al calor o sea disuelto. En consecuencia, la única oportunidad viable desde el punto de vista económico de recuperar y utilizar el bitumen como una fuente alternativa es cuando el barril de crudo tradicional se encuentra en el marcado a valores extremadamente altos. Las arenas petrolíferas se distribuyen en una amplia superficie subterránea de 140.200 kilómetros cuadraros. Esto equivale aproximadamente a la mitad de la superficie total de Italia. Sin embargo, separar el petróleo de la fina masa marrón de arena es bastante más complicado y costoso que la producción de petróleo mediante el método convencional.
Casi sin quererlo, repentinamente, Canadá se convirtió en el mayor proveedor de petróleo para EEUU. Más de 2,1 millones de barriles de oro negro van al sur cada día del año, suministrando alrededor de 10 por ciento del total de petróleo y gasolina estadounidenses. La mitad de esa cantidad procede de las arenas alquitranadas de Alberta.
