El titular del Segundo Juzgado Correccional, Eduardo Gil, dispuso ayer cambiar el escenario del juicio contra Gustavo Cortez (25), acusado de meterse ebrio en auto a una vereda, atropellar de frente y matar a la estudiante Celeste Archerito (19) en Comandante Cabot, entre Sucre y San Luis, Rivadavia, el 26 de agosto de 2009. Al cabo de la primera audiencia del juicio oral y público en su despacho, el magistrado decidió, previa autorización, que a partir de hoy el debate continúe en la Sala I de la Cámara Penal para que así los medios y el público en general tengan acceso a cada instancia del resonante caso.

"No quedan dudas de que manejaba ebrio, rápido y que zigzagueaba. Tenemos muchas expectativas de que se haga justicia… No quiero entrar (a la Sala de Audiencias), no lo quiero ver, ha hecho mucho daño y esperemos que la condena sea efectiva para que los demás tomen conciencia", dijo ayer entre lágrimas María Moyano, acompañada del resto de sus hijos, Sebastián, Carolina y Marianela, otros familiares y miembros de la Asociación Familiares y Víctimas de la Inseguridad e Impunidad.

Cortez está libre y llegó a juicio después del frustrado pedido de probation de su defensor Leonardo Villalba, luego de que la Corte de Justicia en un fallo plenario resolviera que no debe aplicarse ese beneficio (que implica hasta la eliminación del antecedente en el prontuario) en casos de homicidios culposos con penas de inhabilitación, como los accidentes de tránsito.

Ayer, Cortez se abstuvo de declarar luego de escuchar la acusación. Y a renglón seguido declararon otros cuatro testigos que empezaron a complicar su situación, dijeron fuentes judiciales.