Garante de la seguridad nacional para sus partidarios y aspirante a "dictador" para sus críticos, el polémico presidente colombiano, Alvaro Uribe, tiene cada vez más cerca la posibilidad de optar a una segunda reelección en 2010.
La posible candidatura de Uribe para las elecciones del próximo año es para muchos la mejor opción en un país marcado por un conflicto armado y azotado por la crisis económica global. Pero cada vez se suman más voces que ven en un tercer mandato de Uribe una concentración de poder que amenaza a la democracia, según coincidieron ayer varios analistas. "¿Qué tan democrático es lo que estamos viviendo?", se preguntó el ex vicepresidente y analista Humberto de la Calle, quien explicó que el hecho de que los partidarios de Uribe estén impulsando un referendo para validar su candidatura "implica una concentración de poder y un cambio en las reglas del juego".
Para el también analista Vicente Torrijos, la clave está en preguntarse "si no es Uribe, ¿quién?", porque el mandatario es "el más apto, el más capaz" para continuar con la política de seguridad que él mismo impulsa desde 2002 y para guiar la recuperación económica tras la crisis.
La polémica ley que puede dar vía libre a un tercer mandato de Uribe, aprobada primero en el Senado y después en la Cámara de Representantes, busca convocar a un referendo con el fin de consultar a los colombianos si están de acuerdo con modificar la Constitución para que el gobernante sea candidato en 2010. La aprobación de esa norma estuvo marcada por insistentes denuncias de la oposición sobre compra de votos y ofrecimiento de prebendas a los legisladores por parte del Gobierno. "Uribe ha quedado preso de una paradoja", opina De la Calle, ya que es es el "líder que se opone en América Latina al socialismo bolivariano" del presidente venezolano, Hugo Chávez, y decisiones como una eventual candidatura "lo confunden con sus enemigos". A su juicio, "Uribe se expone a que dentro de 20 ó 30 años los ciudadanos lo recuerden como a un jefe de Estado "que cambió las reglas para perpetuarse".
Por su parte, Torrijos insiste en que "si no es Uribe, ¿quién?, no hay nadie más", y dice que esa misma respuesta es la que dan los ciudadanos cuando se les plantea la reelección. Asimismo cree que el proceso para la reelección se está haciendo "a favor de la democracia". Además considera que, por ejemplo, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, "lo hizo de manera impecable", porque su reelección estuvo acompañada de "legalidad, legitimidad y reconocimiento internacional".
