Son cerca de las 19 horas en el Barrio La Amistad en pleno corazón de Chimbas. El sol ya comienza a irse y con eso la noche está cerca, por eso los profes despiden a los pequeños que en muchos casos tienen que caminar demasiado hasta sus hogares antes que oscurezca. Se trata del Club Social y Deportivo San Agustín, un club de barrio que cuenta con 150 jugadores entre todas las categorías, desde Escuelita, pasando por Inferiores y hasta la Cuarta y Primera División que este año lograron entrar en la B del fútbol sanjuanino. A pesar de no tener sede propia se las ingenian para poder seguir brindándoles una forma de contención a cientos de pibes de humildes barrios de Chimbas. Hoy tiene como sede esa plaza ubicada en calles 25 de Mayo y Bonduel, a pasos de la Costanera. 

Forjado siempre en suelo chimbero, el club se formó hace más de una década pero consiguieron la Personería Jurídica recién hace dos años, en lo que representó el primer logro deportivo desde que se realizaron las erradicaciones de villas en toda la provincia. Según cuenta su presidente actual, Rubén Castillo -el principal mentor de la Escuelita de Fútbol que con el paso de los años le dio paso a la creación del club- el único objetivo era tratar de darle a los chicos más humildes la chance de jugar al deporte más popular como una buena forma de contención en un potrero. 
A la escuelita asisten cientos de pibes oriundos de los barrios La Amistad, Las Calandrias, Cipolletti, Arenales, Los Pinos, Villa Lourdes y Villa Morrone. Siempre cuentan con el visto bueno de los vecinos y la policía, que cuenta con una sede policial a metros de la plaza y también aporta su cuota de seguridad.

Si bien tienen como sede la Plaza del Barrio La Amistad desde hace varios años, no fue fácil encontrar un lugar donde poder entrenar. Comenzaron en otras plazas y hasta limpiaron un terreno baldío por calle Bonduel, con mucha desazón recuerdan que después de haber acondicionado el terreno con mucho esfuerzo, vinieron las máquinas del municipio y llenaron de escombros para que los chicos no ocuparan el predio que al parecer era propiedad privada. Así transitaron por muchos lugares y hasta llegaron a entrenar en la Costanera a plena intemperie, sufriendo del frío en las tardes de invierno y padeciendo el calor sanjuanino en pleno verano. Hasta que por fin se asentaron en la plaza del Barrio La Amistad. Allí tienen un amplio sector para poder entrenar durante todo el día sin molestar a nadie. "La ilusión siempre está de poder conseguir un predio propio para que esta pasión de los chicos no se corte con el paso de los años", contó Castillo. 

Es que en el Club San Agustín los pibes encuentran en la figura de su entrenador, a su psicólogo, su consejero, su amigo. Muchos de ellos atraviesan situaciones familiares complicadas y hallan en el fútbol el medio perfecto para despejarse de sus problemas. Castillo recuerda una frase que lo marcó a fuego. "La adolescencia se torna difícil en estas épocas, recuerdo a un chico que cuando yo pasaba por el barrio me decía "Castillo llevame a jugar al fútbol' y después de unos años claro, ese chico creció y dejó de venir.

Un día pasé y me dijo "Castillo tenés una moneda para el pucho, para el vino' y ahí me pregunté yo mismo "¿qué mal hice?', desde ese momento me propuse hacer crecer a este club, que los chicos nunca dejen de jugar para que no caigan en adicciones y malos pasos", sostiene el presidente que se las ingenia con el apoyo de los padres e incluso del municipio, conseguir fondos para comprar pelotas, conitos y todo lo necesario para que los pequeños puedan entrenar aunque también agradecer a la Secretaría de Deportes y del municipio por el apoyo logrado en este último tiempo.

Los pibes, siguen entrenando mientras los profes dan la entrevista. Corren y se divierten atrás de la pelota. No dicen malas palabras y eso es porque el lema de la escuelita es "inculcarle buena conducta'. Siempre encomendados al patrono por el cual llevan ese nombre, los pequeños de San Agustín son la semilla del futuro, sueñan con dejar de deambular por distintos sectores y tener por fin su casa propia. Los chicos ahora se dan el lujo de ver el ejemplo de los más grandes, esos que este año debutaron en la Primera B Local, otro sueño cumplido, pero esa ya es otra historia.