La escandalosa expulsión de Novak Djokovic del US Open, por una involuntaria agresión a una jueza de línea (le pegó un pelotazo), tuvo derivaciones mucho más graves desde el punto humano que la actitud del tenista serbio, que se disculpó poco después del incidente. Laura Clark, la mujer que recibió el golpe en el cuello, fue amenazada por fanáticos del serbio, en su cuenta de Instagram.

Su perfil en la red social era público y algunos seguidores de Nole aprovecharon un posteo en homenaje a un hijo fallecido en 2008 a causa de una accidente en una bicicleta. "No te preocupes, pronto te unirás a él" y "Dios lo ve todo", fueron los dos comentarios más desubicados y repudiables. Por eso, Clark debió modificar su cuenta, que ahora sólo es accesible para seguidores admitidos por ella.

Otros usuarios eligieron unas fotografías en las que promociona una marca de vinos para acusarla alcohólica o enferma. "¿Puedes beber litros de alcohol pero no puedes sobrevivir a una pelota de tenis? Mala actuación. Sinvergüenza", le habían escrito.

Clark, en 2014, le había dado una entrevista a un medio en el que confesó que ya había sufrido un pelotazo en la cara, a 209 kilómetros por hora, en Louisville. "No había aprendido la técnica del movimiento y me rompió el labio por completo", dijo. La mujer se empezó a interesar en el tenis en 2007 y en 2009 tuvo su primer torneo como juez, en Cincinnati. Laura contó que por año viajaba a nueve torneos de Estados Unidos para cumplir funciones.

Firme

Tras la eliminación de Djokovic, el máximo candidato es Dominc Thiem, segundo preclasificado, quien ayer se metió en los cuartos de final tras superar por 7-6 (4), 6-1 y 6-1 al canadiense Felix Auger-Aliassime. El austríaco de 26 años tiene la gran chance de adjudicarse su primer Grand Slam.