Si hay algo que distingue a Arbol Verde es su sacrificio. Todo cuesta, nada es regalo. Nada, absolutamente nada, ha sido fácil para el Verdolaga. Es que hace un siglo atrás, un 20 de Septiembre de 1920, los vecinos de la desaparecida Villa Carmelita, en el corazón Norte de Concepción, decidieron darle forma a sus sentimientos deportivos y sociales fundando el Sportivo Arbol Verde, que con su nombre no hacía más que homenajear esa zona del Pueblo Viejo. Crecieron, se fueron armando desde lo social, con su pista de baile: cuna de recordados carnavales. En 1938 ya formalizaron su personería jurídica y cuando todo parecía que era caminar al crecimiento, la irrupción de las grandes obras en San Juan lo pusieron a prueba. Así, el viejo y querido Arbol Verde tuvo que darle lugar a la Avenida de Circunvalación en su cruce actual con calles Catamarca y Alem. No había más lugar ahí y apareció la propuesta de afincarse en la vieja bloquera pegada al canal Benavídez donde ya asomaba lo que sería después de las viejas casillas, el actual Barrio Comandante Cabot. Fue en la década del "60 que el Verdolaga volvía a nacer. Era el desafío y su gente, sacrificada y tenaz, lo asumió.

A lo largo de su historia, Arbol Verde sufrió diversas épocas donde tocó fondo y renació.

En lo deportivo, fue hacerse un lugar en el Ascenso local por varios años hasta llegar a la década del "90 en el que empezó a hacer ruido. Subió en aquella recordada serie contra Villa Obrera y le agarró el gustito a ser protagonista en Primera A. Perdió algún Iniciación contra San Martín, pero a la vez logró meterse en Torneo del Interior, se codeó con equipos de la Región y ya fue otra su mística. En paralelo, el crecmiento deportivo fue a contramano de su desarrollo institucional. Se sucedieron varias comisiones, se perdieron socios, se cedió patrimonio y hoy el club está tratando de volver a ser. La comisión de apoyo que integran varios ex-jugadores con Daniel "Kuki" Castro a la cabeza, ya empezó el "renacimiento". La convocatoria nació del tremendo gesto solidario del ex-arquero Duilio Costa, quien apenas empezó el aislamiento por la pandemia, decidió implementar un merendero que creció y hoy reparte comida para más de 200 personas en la zona. Ese clic hizo que varias leyendas de Arbol Verde decidieran el regreso: Tucho Coliguante, histórico asambleísta del club en la Liga, Miguel Mesina, Adrián Sánchez, Juan Carlos Arias, Marcelo Laciar y Carlos Avila decidieron rodear a Castro para volver a refundar el club. Empezaron por recuperar socios y ya tienen más de 300 nuevos. En el aspecto patrimonial y de obras, Arbol Verde quedó desolado. La desidia, indiferencia y el desamor por el club llevaron a que no haya ni secretaría. Ni hablar del estado de la utilería y demás. Solo se rescata el verde impresionante del campo de juego que por efectos de la cuarentena, respiró, se mejoró y hoy es una alfombra. Para sostener a la institución, los aportes parten de la Municipalidad de la Capital y de Horacio Lucero. Además, el respaldo de la Secretaria de Deportes y Luis Rueda, por parte del gobierno provincial, son pilares para intentar la recuperación, afirmaron los dirigentes.

Hoy, como casi siempre, sobra corazón en Arbol Verde pero falta casi de todo. Quieren volver a renacer y en una fecha más que singular, el Verdolaga sabe que es el momento especial para apelar a los sentimientos que genera.