España dio una lección de básquet, anuló el estupendo trabajo que Argentina venía haciendo en el Mundial de básquet y se quedó con el título al vencer a la Selección por un categórico 95-75. Los de Sergio Hernández se llevaron la medalla de plata y, si bien les costó muchísimo competir mano a mano en la final, a fin de cuentas hicieron un torneo de enorme valía con un grupo joven que promete más alegrías a futuro.

A diferencia de los partidos anteriores, Argentina no pudo imponer las condiciones desde el arranque. Había sorprendido a Serbia y a Francia, pero esta vez fue España la que maniató a la Selección con un parcial de 14-2 castigando con el pick and roll desde el eje de cancha con la caída de Marc Gasol o las penetraciones de Ricky Rubio.

Para fortuna de la Selección, las dos grandes figuras de la Roja no estuvieron finas frente al canasto, pero aparecieron hombres como Pau Ribas o Pierre Oriola.

¿Hubo nervios? Imposible de saberlo. Sí había un desbalance de experiencia clarísimo. Cinco de los jugadores de España llevan una década participando (y siendo medallistas) en Juegos Olímpicos y Mundiales.

Los de Sergio Hernández lucían golpeados por ese arranque, como un boxeador que recibió golpes inesperados en el primer round. No por nada Oveja pidió un tiempo muerto y buscó sacudir la estantería. "Somos un equipo totalmente diferente. (Tomaron) Todos los tiros solos. Dos rebotes ofensivos de Hernángomez. Sube la pelota Garino. ¿Qué nos pasó? Si no pueden, acá hay siete más, eh", dijo el entrenador al pedir un tiempo muerto.

Sus palabras parecieron surtir efecto porque Argentina volvió de ese descanso para meter un parcial de 11-0 y quedar a un punto (14-13) a partir de la mano de Nicolás Brussino, que metió dos triples.

Pero España volvió a escaparse en los últimos segundos, haciéndose fuerte con la defensa profunda, de las pérdidas albicelestes y lastimando porque pese a fallar muchos tiros, también tomó muchos rebotes ofensivos. El parcial de 9-1 cerró el primer cuarto con los de Sergio Scariolo arriba 23-14.

Un par de minutos del segundo período le bastaron a los europeos, que comenzaron el segundo cuarto 8-0, para llevar la máxima a 17 (31-14). A partir de una fugaz aparición de Nicolás Laprovittola, que metió un parcial individual de 7 puntos, la Selección recortó a 10 y por momentos estuvo en el rango del -8, pero jamás pudo acercarse más.

La falta de eficicacia a distancia (3-13 en triples) y el poco peso que tuvieron las dos estrellas argentinas, bien anuladas por España, sumadas a la imposibilidad de correr la cancha (lo que más le gusta a la Selección) por la falta de rebotes y robos en la primera línea de pase, hicieron todo cuesta arriba. Campazzo cerró el primer tiempo con 1-7 en tiros de cancha y Luis Scola con 0-3.

La segunda mitad incluyó el ingreso de Luca Vildoza por Brussino para intensificar la agresividad defensiva en el perímetro. Pero de poco sirvió. En este tercer lapso, Marc Gasol se hizo amo y señor. Con panorama para asistir los cortes de sus compañeros, con recursos en ofensiva, con astucia para leer el juego en ataque y en defensa.

Argentina buscó desde afuera pero nunca pudo y le costó muchísimo conseguir tiros cerca del aro, mientras España repartía el goleo (sólo Rubio anotó más de un tiro de campo en estos 10 minutos). Sin anotaciones de campo sudamericanas durante la mitad del cuarto, España se fue a 22 (55-33) y Hernández les pidió a sus dirigidos: "Olvídense de cómo va el partido".

Argentina llegó a recortar a 12 en la primera parte del último cuarto, mostrando amor propio, mayor intensidad para defender y la intención de, al menos, despedirse con una versión más cercana a lo que había mostrado durante todo el campeonato. De la mano de Deck, el que más actitud mostró, por algún momento se creyó que quizás había alguna ventana de esperanza. Pero el talento de Rubio, Llull, Gasol y siguen las firmas fue demasiado.

Los europeos tuvieron casi seis jugadores en doble dígito, cinco que atraparon más de cinco rebotes, cinco con múltiples asistencias, seis que robaron pelotas... Fueron la definición de equipo total, tal como Argentina lo había sido hasta esta definición.

Ricky Rubio terminó con 20 puntos, 7 rebotes y 3 asistencias; Gasol estuvo en todo con 14 tantos, 7 capturas en el tablero y 7 pases gol, Rudy Fernández completó un doble-doble de 11 puntos y 10 rebotes...

En Argentina, Gabriel Deck anotó 24 y Laprovittola, 17; Campazzo aportó 11 tantos y 8 asistencias. Y el grupo demostró que está para grandes cosas. En su primer torneo grande como tal, llegó a una final del mundo y maravilló con su juego.

Fuente: Clarín