Fueron 25 minutos de promesas y algunos matices. En la cuenta final resulta que Argentinos y San Lorenzo terminaron jugando un partido Soso en La Paternal. No hubo goles y las chances de gol fueron más intenciones que peligro concreto en los arcos. Por cómo se dio el desarrollo, los dos equipos se terminaron conformando con el empate. 

El Bicho, superior en los 90 minutos, tiró la toalla cuando a falta de 12 minutos se quedó con diez por la expulsión de Ibarra. Y el Ciclón, porque tuvo toda para perderlo en el primer tiempo y lo terminaron salvando Monetti, con una atajada bárbara tras un cabezazo del pibe Coronel, y un cruce estupendo del pibe Gattoni, el mejor del partido.

En el debut de Mariano Soso, quedó en deuda San Lorenzo. Si su arquero y el primer defensor central fueron lo mejor, es porque Argentinos lo llevó cerca de su arco y le sacó la pelota. Oscar Romero nunca fue conductor y Ángel en posición de 9 en un 4-2-3-1 se sintió incómodo ante los constante centros improductivos. Soso, algo tarde, sacó a Ramírez, mandó al paraguayo por izquierda y Herrera, más centrodelantero, fue la referencia en ataque. De todas formas, más allá de alguna contra, el Ciclón prácticamente no generó peligro.

El Bicho, de los equipos más intensos que tendrá esta extraña Copa de la Liga Profesional, jugó con el turbo puesto en esos primeros 25 minutos a todo ritmo. En el inicio, los de Dabove ahogaron a su rival. Presionaron alto, manejaron la pelota en todo el ancho de la campo y pudieron poner el 1-0 antes del minuto, cuando Colman la tiró por arriba casi abajo del arco. Pero, claro, tanta demanda de energía terminó saliendo cara. 

El largo parate, sin dudas, terminó perjudicando a este ADN de este bicho que intenta picar y no dejar pensar a su rival. Con ritmo, puede llegar a ser un rival de temer para cualquier equipo. Y el Ciclón, lejos de estar en la cresta de la ola, parece que irá por un camino más silencioso. Hasta dónde lo llevará, todavía es un misterio.