Cuando se realizó el sorteo de la primera fase, el último partido del Grupo B ofrecía un plato fuerte entre el Barcelona y el bravo Tottenham de Mauricio Pochettino en el Camp Nou. 

Pero la relevancia no fue la misma para ambos. Porque el Barcelona llegó ya clasificado a octavos y con el primer puesto asegurado. Y hasta se dio el lujo de cuidar a Lionel Messi, que arrancó en el banco de suplentes. Para los ingleses, en cambio, era la última carta rumbo a la siguiente fase. Y no dependían de sí, también debían estar atentos a lo que hiciera el Inter, que llegaba con los mismos puntos y recibía al PSV.

De arranque nomás el partido le dio la derecha al técnico Ernesto Valverde. Porque fue Ousmane Dembélé, reemplazante de La Pulga, el que diseñó un gol espectacular: partió desde campo propio, aceleró a fondo dos veces, hizo pasar de largo a su marcador con freno sensacional y tocó con clase al gol ante el achique de su compatriota Lloris.  

El gol le sirvió el partido al Barcelona para agruparse en defensa y salir rápido con envíos largos para la velocidad de Dembelé. Y Tottenham tardó en reaccionar. Recién a los 32 minutos obligó a una atajada fenomenal de Jasper Cillessen (reemplazante de Ter Stegen) en el mano a mano con Heung-Min Son, que quedó solito de cara al gol pero definió al cuerpo del arquero.

Ya en el complemento, los ingleses se vieron obligados a arriesgar cada vez más. Aunque recibían un inesperado guiño desde Italia, donde la caída del Inter ante el PSV les daba la clasificación, necesitaban hacer algo más por su destino. En medio de sus intentos, estuvieron cerca de igualar a través de Kane, aunque inevitablemente sufrían también en el campo propio. Y encima, no solo al rato entró Lionel Messi sino que llegó la novedad del gol de Mauro Icardi que obligaba al Tottenham al menos a empatar.

Un tiro de Coutinho en buena posición estuvo a punto de terminar con todas las incógnitas, pero se estrelló en el palo y le dio al visitante una vida más. Y la aprovechó: a cinco minutos del final del tiempo regular, Lucas clavó el 1-1 que lo metía en octavos y mandaba al Inter a la Europa League.