Boca otra vez se va con una sonrisa luego de jugar con Palmeiras un partido de Copa Libertadores. Es un empate pero se disfruta casi como un triunfo. Porque fue de visitante y porque el equipo del Mellizo había hecho méritos para no volverse de Brasil con las manos vacías. Casi ocurre con una jugada aislada del local que se encontraba con un triunfo impensado ya con el tiempo cumplido. Pero apareció Carlos Tevez. Volvió Carlitos y lo rescató.

En tierras en las que Boca dejó una huella imposible de olvidar, el equipo de Guillermo Barros Schelotto sabía que debía rendir el examen más duro de la fase de grupos ante Palmeiras, rival que llegaba con dos triunfos y puntaje perfecto.

Pero desde el pitazo inicial quedó claro que el equipo argentino no se iba a dejar llevar por el marco. Salió a jugar de igual a igual, con un esquema ofensivo, con Bebelo Reynoso y Edwin Cardona asociándose en ataque y conectando con la dupla ofensiva Pavón-Wanchope Abila.

Cuando en la previa se podía presagiar un arranque arrollador de Palmeiras por el envión de jugar ante su gente y en un estadio repleto, las acciones demostraron otra cosa.

La primera chance de gol fue para Boca en un envío cruzado de Pavón desde la derecha que no alcanzó a conectar Wanchope por el segundo palo.

El local estaba incómodo y el ejemplo más claro fue Felipe Melo, que en un cuarto de hora ya merecía haberse ido expulsado por una plancha brutal contra Wanchope que el árbitro uruguayo Andrés Cunha sancionó apenas con amarilla.

La pelota era de Boca. Tanto Jara, por derecha, como Fabra, por izquierda, se animaban a proyectarse y mostrarse como opción para abrir la cancha en ataque. Mientras el equipo de los Mellizos apostaba al juego asociado los brasileños, en cambio, buscaban salir rápido con pases profundos para la corrida de Dudu, el más peligroso con su velocidad.

Recién en la última jugada del primer tiempo Palmeiras llegó a fondo y puso en riesgo al arco de Agustín Rossi con una definición de primera de Lucas Lima desde el borde del área que se fue besando el poste derecho.

En el segundo tiempo se mantuvo el mismo trámite. Boca con el control y el equipo brasileño cada vez más nervioso por el correr de los minutos y por no poder tomar las riendas del juego.

La sensación que latía en el ambiente era que si Boca lograba estar fino en el último pase se iría de cara al gol. Aunque Palmeiras, en una noche deslucida, casi sorprende y se aprovecha de un regalo de Wilmar Barrios. A los 22 minutos, el colombiano cerró un envío aéreo con un rechazo corto y le sirvió el gol a Bruno Henrique que definió alto.

Carlos Tevez saltó a la cancha a los 24 del complemento en lugar de Cardona y le dio oxigeno al ataque de Boca para la recta final. En el cierre, llegaron las emociones. Sobre el tiempo cumplido, un centro perfecto deAlejandro Guerra desde la izquierda y con el revés del pie encontró en el corazón del área a Keno que definió al gol y metió el 1-0 para Palmeiras.

Parecía que el local se llevaría un premio por el que había hecho muy poco. Pero Boca tuvo su merecida respuesta. Y fue inmediata. De la mano de sus delanteros. Como si fueran Guillermo y Palermo, esta vez fueron Pavón, con un arranque con gambeta y velocidad para llegar al fondo por derecha. Y Tevez, de nueve, el que la empujó al gol. Al merecido 1-1.

Con el empate. Palmeiras continúa como líder del Grupo H con siete puntos y Boca como escolta, con cinco. Detrás, Alianza Lima (un punto) recibe el jueves 19 de abril a Junior, que aún no sumó.

En la próxima jornada, Boca recibirá a Palmeiras el miércoles 25 en La Bombonera desde las 21:45.

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Publicado por Diario de Cuyo en martes, 10 de abril de 2018