Después de la lesión de Sergio Romero, todas las luces se fueron para el lado de Franco Armani, principal candidato a ocupar el arco de la Selección Argentina, y dejaron expuesta la tortuosa relación que mantienen Jorge Sampaoli y Marcelo Gallardo.
Esta novela comenzó en abril, cuando Sampa se reunió con el arquero de River y Enzo Pérez, justo unos días antes de que el conjunto de Núñez juegue con Rosario Central por la Superliga y con Emelec por la Copa Libertadores, sin avisarle previamente al Muñeco. "No puedo pedir que se actúe como yo actuaria. Me sorprendió mas que enojarme", dijo el técnico Millonario con respecto a aquella situación.
Hoy, esa novela sumó otro capítulo. Cuando el mundo del fútbol en general esperaba que, después de la mala noticia sobre la lesión de Chiquito, Armani fuera cedido al conjunto nacional y no juegue esta noche frente al Flamengo, Gallardo decidió que el arquero se quede en la concentración.
A solo 22 días del Mundial, la dificultosa relación entre ambos entrenadores se convirtió en una guerra de egos que perjudica a un objetivo que debería ser común: que la Selección Argentina llegue en las mejores condiciones posibles a Rusia.