Del delirio a la amargura. De la ilusión al desencanto en un viaje sin escalas y con muchísimas consecuencias en el futuro inmediato para Sportivo Desamparados. Es que el debut en el Nonagonal parecía estar hecho a la medida de una auténtica fiesta en Puyuta, pero por las propias limitaciones de Desamparados, terminó siendo una enorme frustración. Fue empate 1-1 pero con todo el sabor de una derrota porque Sportivo tuvo la ventaja a favor en el marcador y también en la cancha porque jugó más de 45 minutos con dos hombres más y no supo resolver un partido que estaba ganado. El golpe será grande. Las consecuencias de este arranque en falso, también.

Era partido para jugarlo más con la cabeza que con los pies y Desamparados intentó plasmarlo así desde el minuto inicial. Sin apurarse, cuidando la pelota, sabiendo que en cada pase tenía que haber destino seguro, el Puyutano jugó los primeros 30 minutos como debía hacerlo. Allí generó sus primeras opciones para poder ganar pero le faltó la definición. A Pérez se la sacaron en la línea cuando apuró al marcador, y después Matías Garrido exigió a Barucco con un tiro libre impresionante. Belgrano sabía lo que hacía y se defendía con la pelota. Así, pudo generar dos chances netas en este primer tiempo y la más clarita fue un remate de Francia en el palo izquierdo del arco de Aguiar. Pero llegó el minuto 35 y Desamparados empezó a encontrar esas ventajas que tanto quería. Se fue expulsado Mazzina por doble amarilla y 5 minutos después, el que también se fue antes de tiempo fue Agustín González Tapia. Así, en pocos minutos parecía que se le simplificaba todo a Sportivo.

En el segundo tiempo, la ansiedad comenzó a ganar espacios en Desamparados. Ya no hubo tanto pensamiento y fue más coraje que otra cosa. Así y todo, a los 8' Cristian Pérez anticipó en un centro rasante y puso en ventaja a Sportivo. Era el momento. Con dos más, con un gol de ventaja, era la chance de liquidar a un Belgrano que en ese momento parecía aturdido. Pudo haber duplicado la ventaja el equipo sanjuanino con un remate de Lamberti que Barucco sacó al corner, pero no lo hizo y lo terminaría pagando mal. Porque Belgrano demostró que quiere ascenso, que sabe lo que puede dar y empezó a complicarle la noche a Desamparados. Bidal dudó dos veces y casi se paga con gol. Pero a los 30', de un saque lateral, todo Belgrano se asoció, buscaron a Arostegui y llegó la habilitación para que Farías fusilara a Aguiar. Era el corolario de una gran jugada y un golpe mortal para un Desamparados que se derrumbó, perdió el libreto y terminó yendo del cielo al infierno en una misma noche.