El Atlético de Madrid perdió 1-0 con el Chelsea por el golazo de chilena de Giroud a los 25 minutos del complemento. El tanto fue polémico, ya que el delantero francés parecía estar adelantado pero el VAR lo terminó convalidando. El Colchonero empezó las eliminatorias de la Liga de Campeones jugando como local en el Estadio Nacional de Bucarest, donde disputó la ida de octavos de final ante el equipo inglés, un rival que ha recuperado sensaciones desde la llegada al banquillo de Thomas Tuchel.

El encuentro comenzó siendo muy intenso. Ya al minuto de juego el Atlético de Madrid pudo convertir gracias a un grosero error en la defensa local. En su intento de salir de abajo, el arquero Mendy recibió un pase fuerte que no pudo dominar correctamente y por poco Saúl no recibió penal cerca de la línea de gol.

Los primeros minutos, el equipo colchonero se mostró con dominio total de la pelota, pero sin mucha claridad a la hora de cerrar las jugadas. La otra acción de peligro fue a los 13′, cuando Luis Suárez robó a pura potencia una pelota entre dos rivales y camino al área envió un centro cruzado para el francés Lemar que llegó muy exigido y tampoco pudo convertir.

A los 24′, la primera jugada de peligro del Chelsea con un disparo de Marcos Alonso que el arquero Oblack controló abajo. El equipo inglés prácticamente no volvió a sufrir jugadas de peligro del rival y de a poco se fue animando.

En el complemento, The Blues equilibraron las acciones hasta que a los 25 minutos se puso en ventaja gracias a un golazo de chilena de Giroud, quien a priori pareció estar en posición adelantada. Sin embargo, el VAR intervino y luego de cinco minutos de análisis, convalidó el tanto del delantero.

El final del encuentro fue todo impotencia en el equipo del Cholo Simeone, que ahora deberá ir en búsqueda de la clasificación en condición de visitante, el próximo 17 de marzo.

El líder de la liga española volvió a Europa y lo hizo con varios factores que le jugaron en su contra. El más evidente de todos fue que no pudo abrir las puertas del Wanda Metropolitano, debido a las restricciones en los vuelos entre Reino Unido y España provocadas por la pandemia. Es por eso que se vio obligado a hacer de local a 2.500 kilómetros de su casa, en la capital rumana. En este sentido, “es una desventaja para el Atlético no jugar en casa”, apuntó en la previa el técnico del Chelsea.

El segundo fue el buen momento de forma del Chelsea, que el mes pasado tomó la decisión de despedir a Frank Lampard, una cambio de rumbo que por el momento está funcionando, ya que desde la llegada al banquillo de Tuchel se mantiene invicto tras cinco victorias y dos empates.

Por último, también pesaron las dudas del propio equipo rojiblanco, que viene de encajar su segunda derrota liguera, y primera en su propio campo, frente al Levante. De hecho, solo ha ganado uno de sus cuatro últimos duelos.

Además, el Atlético solo ganó dos de sus seis partidos en la fase de grupos de esta Champions. Claramente, necesitará recuperar sus señas de identidad, sobre todo su solidez defensiva, ya que encadena ocho partidos recibiendo goles, una racha bastante inusual desde que Jan Oblak ocupa la portería.

Del otro lado, quinto en la Premier League a 16 puntos del liderato en manos del Manchester City, el club Blue sabe que la Champions es su principal objetivo. Ya lo demostró en la fase de grupos, donde completó un notable periplo todavía con Lampard al frente: cuatro victorias y dos empates para clasificarse primero por delante del Sevilla.

La caudalosa inversión que realizó el Chelsea el verano pasado no ha funcionado como esperaba y tan solo Timo Werner se ha ganado un puesto como titular indiscutible, rango que no han alcanzado otros fichajes de relumbrón como Kai Havertz o Hakim Ziyech. El alemán forma una poderosa pareja de ataque con el experimentado Olivier Giroud.