Luego de siete temporadas y a más de 2.800 metros de altura sobre el nivel del mar, Independiente alcanzó el objetivo e ingresar a la fase de grupos de la Libertadores. Perdió 1-0 en Ecuador ante el Deportivo Quito por el repechaje clasificatorio, pero con el 2-0 en su favor en el juego de ida, le bastó para meterse en el grupo 8 junto con Peñarol de Uruguay, Godoy Cruz y Liga de Quito. Fue complicado y aguantando prácticamente los 90 minutos para lograr el objetivo que fue a buscar.

Independiente tuvo muchos obstáculos en el primer tiempo, con situaciones adversas y difíciles de resolver, con Navarro como su figura. El partido fue a pedir del Deportivo, donde si bien fue limitado, salió desde el inicio a atacarlo, con una formación netamente ofensiva, haciéndole sentir el peso de la altura al Rojo y que era el obligado al triunfo.

Fue así que Navarro se empezó a construir en la figura. A los 12' le sacó un disparo complicado desde el ángulo a Luis Saritama y la mandó al tiro de esquina. Sobre los 14', Segundo Castillo probó de lejos (casi mitad de cancha), la pelota bajó de golpe y Navarro apareció otra vez. Y a los 16', otro remate, tremendo de Roda, para que el 1 la resolviera a la perfección.

Los intentos del Deportivo tuvieron base en los errores del Independiente. En dejarlo ejecutar mucho a los ecuatorianos y en dejarlo jugar demasiado por las bandas, donde fue desbordado. La mejor de los locales fue a los 21', cuando Paredes tenía todo el arco a su disposición con el arquero desparramado, pero Navarro tuvo la justa reacción arriesgando su físico, para tirarse sobre el volante para trabarlo y dejarlo sin nada.

A los de Avellaneda le costó jugar corto, poner la pelota al piso, y no la pudo aguantar. Sólo con Silvera como el único que le dio aire cuando retuvo el balón y quien además construyó la solitaria opción en los primeros 45'. La que cayó recién a los 30', con el remate cruzado de Andrés Silvera tras el pase de Defederico. No tuvo mucho de peligro, pero dejó al desnudo que en defensa los ecuatorianos daban ventajas que el Rojo no pudo aprovechar nunca.

El arranque del complemento trajo el gol del local. Situación que siempre estuvo al caer. Fue a los 11', con la pared que elaboró Maxi Bevacqua para el remate esquinada de Michael Quiñones, quien y con apenas 45 segundos en cancha, abrió el marcador y puso a los ecuatorianos a un tanto más de ir a los penales.

El resto fue dramático, con el Deportivo insistiendo e Independiente aguantando con el oficio, la diferencia que sacó en Avellaneda, y las ilusiones realizadas de meterse tras siete años en la Copa Libertadores.