El nombre de Alberto Zapata -para todos el "Wey"- será difícil de olvidar con el paso de los años. El piloto de motocross fallecido hace 14 meses dejó una huella difícil de borrar: no solo en el deporte sanjuanino, sino en todos quienes conocieron de su historia de vida. Por eso y con el fin de que su nombre siga vigente, su familia inauguró una Capilla donde ahora descansan los restos del reconocido piloto, ubicada dentro del Cementerio San Miguel de Rawson. Además por iniciativa de sus amigos, pintaron un enorme mural con las imagenes más significativas en la vida del piloto. 

El dolor de Gerónimo y Mónica, padres de Albertito, no cesó. "Para nosotros está de viaje" dice su padre y su mamá agrega: "Nada, ni siquiera tantas muestra de cariño que sentimos hace que alivie un poco el dolor". "Mira, si tiene siempre flores nuevas, no lo dejamos ni un segundo", agrega el papá. Es que la familia Zapata Bacur llega todos los domingos hasta el Cementerio rawsino donde descansan los restos del Wey, ahora en una especie de mausoleo de casi cinco metros de alto por tres de ancho.

El diseño de la Capilla fue elegido por su hermana Yara, basado en la Capilla de la Virgen de Schoenstatt: "Queríamos que sea algo diferente, no cuadrada", expresa Yara quien agradece al municipio rawsino quien tuvo mucho que ver para poder concretar la capilla. La capilla fue inaugurada el pasado 4 de abril, cuando se cumplió un año del fatídico accidente que se cobró la vida mientras corría en San Agustín Córdoba

Zapata dejó un ejemplo de vida en quienes lo conocieron y es por eso que sus amigos fueron por algo más y realizaron un enorme mural ubicado justo detrás de la Capilla en un paredón de 7 metros de largo por 4 de alto. Lucas Aguirre fue el encargado de producir y dirigir la obra que contó con el arte también de Leandro Martín Molina, Matías Alcaraz y Teo Aguirre. La iniciativa nació de la mano de Pablo Rodríguez, allegado a la familia del Wey. "Un grupo de amigos querían hacer algo para homenajearlo y había logrado que en el cementerio de Rawson les diera un lugar. Querían que nosotros le hiciéramos un mural”, comenta Aguirre. La idea del grupo era que el mural estuviera listo para el día del cumpleaños del Wey, el 24 de abril, pero el tiempo escaseaba y debieron hacer la proyección de noche. La familia Zapata-Bacur se encargó de los pedidos necesarios e incluso presenció esa proyección. "Empezamos la semana anterior, un martes y el sábado al mediodía, ya lo teníamos listo. Nos pasamos ahí esos cuatro días, hasta que lo definimos", relata el joven quien destaca que "todos ahí sabían los que estábamos haciendo así que había mucho respeto. Siempre había alguien mirando y escuchábamos anécdotas de las personas que nos contaban lo que significó el Wey en sus vidas”.

Los padres del Wey, Gerónimo y Mónica, junto a Yara (hermana), Marcelo (cuñado) y Josefina (sobrina), dentro de la Capilla del piloto.

"Fue una grata sorpresa para nosotros mismos ver el resultado final. Fue un momento muy fuerte", manifiesta Mónica quien junto a su esposo eligieron las imagenes que querían retratar para siempre. En una, la más grande, se ve al Wey con la enorme sonrisa que lo caracterizaba y que data del Latinoamericano de Perú en 2019. "Ese día Alberto traía una Copa inmensa, en el aeropuerto venía con las botas puestas y el casco en la mano para poder pasarlo como equipaje de mano y poder traer la Copa y nos contaba que en el aeropuerto cuando se enteraron que venía de ganar lo aplaudieron y ni le revisaron el equipaje", cuenta su papá. A su derecha hay otra imagen  de cuando el piloto comenzó a competir: "Tenía 3 años y medio y esa carrera fue en Las Lomitas Albardón. Tiene de rodilleras las coderas mías", agrega el padre. La otra imagen es de cuando el Wey tenía apenas 1 año y medio. "Fue su primera moto y no tenía rueditas", agrega Mónica. Otra imagen, más pequeña de tamaño pero no menos significativa, es donde salen Mónica y Gerónimo de espaldas, y el Wey saltando. "Esa foto es muy importante, la tomó un fotógrafo amigo en un entrenamiento en Ullum y fue justo antes que tuviera su accidente donde perdió el brazo", comentan. Por último, la postal que se encuentra en lo alto es en pleno salto cuando volvió a competir después de la amputación de su brazo en San Agustín, Córdoba: "Ese día yo lo acompañe" -dice la mamá- y agrega: "Lo ovacionaron de principio a fin, nadie podía creer que estaba corriendo sin un brazo".

Ambos recorren el país en cuanta carrera de motocross se realice para seguir palpitando de cerca y seguramente de alguna forma sentir la presencia del Wey. Hace unas semanas estuvieron en Neuquén, circuito al que tantas veces llegó el menor de los Zapata para subirse a la moto y darle rienda suelta a su gran pasión. 

 EL "WEY", EN CÓRDOBA 

La familia viajó el pasado 7 de febrero para presenciar la inauguración de la escultura de Zapata en la plaza principal de San Agustín, Córdoba, ciudad donde falleció el piloto sanjuanino el 4 de abril del 2021 cuando sufrió una caída mientras competía. La escultura, está hecha en tamaño real del piloto que fue realizada por el artista Pablo Díaz, un escultor de Alta Gracia, amante del motocross, que quiso homenajear al sanjuanino porque sintió que la historia del Wey lo “toca muy de cerca”.  Ese día estuvieron los médicos que atendieron al jóven sanjuanino el día de la tragedia, la gente de la organización de la Copa San Agustín e impulsores de este homenaje; Mario Medina por la Federación Cordobesa y Leonel Banner como responsable del Campeonato Cordobés de Motocross. 

La escultura está hecha en tamaño real y con el "Wey" con el puño en alto, como se caracterizaba.

"Fue un accidente, una desgracia porque la moto se rompió, no fue culpa de nadie. Explotó el motor justo cuando empieza el salto, perdió la inercia de la rueda y Albertito se cayó, venían todos los chicos desde atrás, le pegaron con los pedalines en la cabeza y pasó lo que pasó. Yo no le hice juicio a nadie, porque fue un accidente y nadie tenía culpa", manifiesta su papá. Ese día de la caída fatal, el Wey corría una vez más después de la amputación de su brazo.

El piloto se había accidentado el 15 de noviembre de 2020, cuando perdió el control de su Chevrolet Corsa mientras viajaba por la Ruta Nacional 40 en Pocito. Salvó su vida de milagro pero sufrió la amputación de su brazo. Eso no fue impedimento para seguir su vida y continuar realizando su gran pasión por las motos. Hizo una recuperación en tiempo récord y volvió a competir. A DIARIO DE CUYO le comentó tras su primer competencia después de la amputación que "se sintió ganador con la ovación que recibió". "Me aplaudían como si hubiese ganado", dijo. 

Cada entrevista o charla que dio, sirvió de motivación para quien lo escuchara. El Wey era ejemplo de vida por su historia de resiliencia, quizás por eso motivó a una despedida multitudinaria con miles de motos en la calle acompañando su sepelio. "Nunca nos imaginábamos algo así. Para nosotros está de viaje", dicen sus padre quienes manifiestan que les duele mucho que se esté perdiendo en motocross infantil. "Mi hijo tenía mucha llegada con los niños y hoy no se están haciendo carreras acá. Se está perdiendo mucho de lo que él sembró", se lamentaron. 

 EN PERÚ, OTRO HOMENAJE 

El pasado 19 de junio,  justo para el "Día del Padre" y con todo el dolor que significa esa festividad para Gerónimo, el hombre recibió la noticia que en Perú habían inaugurado un circuito con el nombre de su hijo. "Es el circuito más grande de Perú y lleva el nombre Wey Zapata" para nosotros es un orgullo enorme, nunca se van a olvidar de mi hijo que tanto disfrutaba ir a correr en ese país", expresó su papá.

El circuito en Huancabamba, en Perú, que lleva el nombre del piloto sanjuanino.

 CAPILLA ABIERTA 

"Están las puertas abiertas para quienes quieran venir, mi hijo hizo muchas amistades y se merece que todos puedan venir a visitarlo", expresa su mamá. Si bien en un comienzo la iniciativa era hacer una especie de museo donde además pudieran colocar los trofeos y hasta la moto del Wey, por cuestiones de seguridad del cementerio, solo están los restos del piloto, además de plaquetas recordatorias e imagenes más representativas de competencias que supo ganar Zapata. Hay también una bandera de una pista de La Rioja y un dibujo que hizo un fanático que si bien no conoció a Zapata en persona, quiso retratarlo y regalarle la imagen a la familia. Para llegar a la Capilla del Wey, hay que dirigirse a la derecha apenas se ingresa al cementerio, y dirigirse unos 100 metros para ver el enorme mural del Wey.