Guillermo Barros Schelotto.



Caso "especial" el de este Boca. Está a un paso, más precisamente a un punto (con dos partidos por disputar), de sumar un nuevo bicampeonato doméstico en su rica historia, pero tiene su máximo foco de atención en lo que ocurra dentro de una semana en la Bombonera ante Alianza Lima. En su estadio y mirando más que de reojo lo que suceda en San Pablo se "jugará" este plantel y su DT el máximo objetivo del año: seguir con vida o no en la Copa Libertadores. De ahí que la posible vuelta olímpica en el bosque platense de hoy sea algo para celebrar, pero lejos está de hacerse un carnaval por la conquista.


En el medio de toda esta dicotomía se encuentra su entrenador, Guillermo Barros Schelotto, ídolo como muy pocos en su época de futbolista del club con el que sumó 16 títulos en una década, pero que con el buzo de coach está envuelto en distintos cuestionamientos, más ahora que ya transita su mes 26 de gestión. Así se entiende que para el Mellizo, acaso como para ningún otro integrante del mundo actual de Boca, esta Superliga sea algo "escaso", con gusto a muy poco teniendo en cuenta lo que sería quedar eliminado en la primera fase del máximo torneo continental. Los 500 y pico de días como líder del fútbol argentino parecen aún más ínfimos que la coronación en sí. Hay varios aspectos que explican esta realidad. Primero, la final perdida en Mendoza ante River en marzo pasado, en otro mano a mano donde Boca se quedó con cara de póker ante el máximo enemigo. Segundo, un plantel muy distinto de otros de épocas de glorias, con auténticos referentes dentro y fuera de la cancha. Acaso Carlos Tevez sea el único que encuadra en ese ADN pero Guillermo ya le demostró el domingo sacándolo ante Unión a los 15' del complemento que su era de "intocable" es historia. Tercero, los antecedentes en torneos internacionales y definiciones cara a cara con rivales de cierto peso ponen otra vez a Boca en el foco de ser un equipo para nada confiable. Este punto, todavía más potenciado por lo que pasa con los primos, que con Marcelo Gallardo como entrenador se agigantan como nunca antes ocurrió en su historia.

"No hay que pensar en la Copa: sólo hay que hacerlo en Gimnasia".
Guillermo B. Schelotto

¿Será el comienzo de un bello amanecer para Boca esta Superliga? ¿Será ese sacarse la presión que parece asfixiarlo para enfocarse en la Copa, su única obsesión? ¿Qué será de Boca en una semana? Lo que está claro es que este título es el árbol de ese bosque xeneize, que por ahora está plagado de incertidumbre. Al fin y al cabo, y tal como dijo el propio presidente del club Daniel Angelici, "nadie imaginaba estar en esta situación en la Libertadores". En siete días se sabrá si se puede caer un poco más abajo del subsuelo. O no...