Sacramento Kings se convirtió en el último de los siete equipos de la NBA que tuvo que cerrar sus instalaciones de entrenamiento después de que un miembro de su grupo de viaje a la "burbuja" de Orlando, donde se jugará la fase final desde el 20 de julio, diese positivo por coronavirus, según informó Sam Amick de "The Athletic".

El mismo informe periodístico señala que las instalaciones de entrenamiento de los Kings "no se espera que vuelvan a abrir antes de que el equipo viaje a Orlando, el miércoles". La noticia sobre el cierre de las instalaciones de esa franquicia se produjo horas después de que Milwaukee Bucks también bloquearon las suyas por la misma causa.

Brooklyn Nets, Denver Nuggets, Phoenix Sun, Miami Heats y Los Angeles Clippers también cerraron sus instalaciones a principios de esta semana debido a varios casos de coronavirus. 

La NBA tiene previsto reiniciar la temporada regular el 30 de julio, con 22 equipos, en el Walt Disney World Resort, y los cierres de instalaciones deportivas de casi un tercio de las franquicias que van a participar no es la mejor noticia que podía tener la liga.

Además, varios jugadores ya han decidido oficialmente no viajar a Orlando con sus respectivos equipos, debido a distintos factores que les impedían poder competir al máximo nivel.

El primero que dio el "no" a Orlando fue el escolta Avery Bradley, de Los Angeles Lakers, seguido por el veterano escolta alero de origen dominicano Trevor Ariza, de Portland, ambos por motivos familiares.

El pívot de los Nets, DeAndre Jordan, informó que tras haber dado positivo al COVID-19, había decidido no arriesgar su salud de cara al futuro.

Lo mismo sucedió con el escolta-alero franquicia de Indiana Pacers, Victor Oladipo, quien anunció que no quería arriesgar su recuperación tras una grave lesión en la rodilla derecha, el pasado 23 de enero, cuando su equipo se enfrentó a Toronto. Sin embargo, Oladipo viajará con el equipo a Orlando, donde seguirá con el proceso de rehabilitación y recibirá también todo el salario que le corresponde.

Dado el reciente aumento de los casos de coronavirus en Estados Unidos, el reinicio de la NBA se ha vuelto más complicado de lo que estaba hace un mes.

La liga ha montado en Walt Disney World Resort una "burbuja" que le costará 150 millones de dólares, sin que a los partidos puedan asistir aficionados y con protocolos de salud para mantener a los jugadores seguros durante el tiempo que dure la competición, hasta el próximo octubre.

Pero el creciente número de contagiados en el estado de Florida y el cierre de las instalaciones de varios equipos han encendido las alarmas dentro de la NBA.

El propio comisionado Adam Silver había adelantado que el seguimiento de la evolución del coronavirus sería permanente y con todos los últimos datos en su poder, por lo que si tenían que hacer cambios en sus planes estarían preparados y tampoco descartó la posibilidad de una nueva suspensión.