La jueza rosarina Alejandra Rodenas reveló ayer que “sugestivamente” no funcionaron las cámaras de seguridad en Newell’s al momento de la batalla entre hinchas y policías, uno de los cuales resultó herido de bala en el cuello, y reconoció que investiga por qué estaba abierto ese estadio si no había partidos. En tanto, el agente Pablo Orellano, intervenido por un balazo en medio de la trifulca que derivó en la suspensión del clásico rosarino, se reponía sin complicaciones.

“Las cámaras se manejan por un tablero interno que se encuentran en el interior del estadio. El disyuntor de ese tablero sugestivamente saltó al momento que debería haber tomado esas imágenes. Con lo cual no tenemos imágenes y recién me acabo de comunicar con la fiscal de turno, que ella misma está haciendo una exhortación a la población para aquel que tenga filmaciones porque había gente que estaba pasando un día de Sol en familia”, contó Rodenas al canal TN.

Rodenas, hija de un expresidente de Rosario Central, hizo hincapié en el tema de porqué estaba abierto el estadio de Newell’s si no había partidos allí sino que el encuentro era en el Gigante de Arroyito y con público local. Es que tras el enfrentamiento en la calle, los hinchas se refugiaron en el estadio. “Los clubes tienen sedes y subsedes. Se hizo hincapié en que estuvieran custodiadas. La sede de Central es su estadio, que estaba la gente, y la de Newell’s es su estadio y -esto es lo que me resulta extraño- estaba abierto”, prologó la jueza.