Los apodos. El origen de los apodos tanto de Boca como de River resulta hasta risueño. Lo que antes aparecía como un insulto, hoy por hoy lo aceptan hasta con orgullo.

Podría decirse que jugarán la final xeneizes y millonarios o también bosteros y gallinas. Estos últimos son los apodos de Boca y River, que nacieron como despectivos y crecieron como un sello de origen inconfundible.


A los de Boca se les decía "Bosteros" (por bosta: excremento de ganado vacuno o caballar) como insulto. Incluso se los nombra así en varias canciones de los hinchas rivales.


Sin embargo, con el paso de los años los simpatizantes de Boca se adueñaron del mote y lo empezaron a utilizar ellos mismos con orgullo. Hay contradicciones sobre el origen del apodo. Algunos aseguran que es porque en el lugar donde está la Bombonera antes había una fábrica de ladrillos que utilizaba materia fecal de caballos como materia prima.


Otros sugieren que es porque, tras algunas inundaciones, las cloacas del barrio porteño de La Boca colapsaron. Y hay una tercera versión. La que cuenta que en la década del '50, antes que se jugara un partido Independiente-Boca, en Avellaneda, los hinchas locales no dejaron sacar entradas a los xeneizes tirándoles excremento de caballo desde arriba de la tribuna.


River también tiene un apodo que comenzó como una ofensa y hoy en día no lo es. En 1966 el Millonario le ganaba 2-0 el partido desempate de la final de la Copa Libertadores a Peñarol y se consagraba campeón. Sin embargo, los uruguayos dieron vuelta el partido y ganó 4-2. Luego de esa derrota River fue a jugar ante Banfield y los rivales tiraron a la cancha una gallina.


A pesar del origen ofensivo, hoy los hinchas de River dicen con la frente en alto que son "Gallinas", sin verlo como algo negativo. Incluso varias canciones de sus hinchas se refieren al Monumental como "el Gallinero".


Los motes "Xeneize" y "Millonario", al contrario, no tuvieron un origen ofensivo. Cuando Boca se fundó, a principios del siglo XX, la mayoría de los habitantes del barrio de la Boca era italiana. Muchos eran de Génova, donde se hablaba genovés, un dialecto de la lengua ligur. El nombre del dialecto genovés es zeneize o zeneise, que en Buenos Aires derivó en "Xeneize".


A los de River se les dice "Millonarios" porque en 1931, en los comienzos del profesionalismo en Argentina, el club compró al delantero Carlos Peucelle por 10.000 pesos y pagó 35.000 pesos por el goleador Bernabé Ferreyra, apodado "el Mortero de Rufino". Ambas trasferencias fueron millonarias para la época y así le quedó el apodo de River.