Hace poco menos de dos años, el presidente Khaldoon al Mubarak hizo pública su intención de contratar al mejor jugador en la historia del Barcelona. En un congreso económico que se realizó en Abu Dabi en 2018, el mandamás del Manchester City fue contundente cuando el presentador le consultó sobre el jugador que quiso llevar al club y no logró hacerlo: “Messi”.

Ahora, el presente parece que es un gran aliado del equipo menos famoso de la ciudad. Después de años de malos tratos por parte de la dirigencia, de decisiones objetables en el armado de la plantilla y de varias frustraciones futbolísticas, incluida la más reciente frente al Bayern Múnich que se transformó en la peor derrota en la historia personal, Messi tomó la decisión de irse del Barcelona.

A la espera de la resolución de la salida, el City avanza en una propuesta integral para seducir al argentino y terminar su carrera ligada al holding The City Football Group, propietario del conjunto de Manchester. Según indica la cadena estadounidense ESPN, el grupo le ofrecería al astro argentino un contrato por las próximas tres temporadas para jugar en el equipo que tiene como gran estrella a su amigo íntimo, Sergio Agüero. De esta forma, Messi se pondría la camiseta de los Ciudadanos hasta 2023, para luego irse a disputar otros dos años al New York City, la franquicia que el holding tiene en la Major League Soccer.

De esta manera, la sociedad bajo la propiedad de Abu Dhabi United Group, estaría dispuesta a proponerle a Messi un mega contrato de cinco años de duración, que invitaría al Leo a retirarse en la MLS de los Estados Unidos con 38 años.

Frente a este escenario, los medios de Cataluña informaron esta mañana que el propio Messi se comunicó con Pep Guardiola hace una semana para interiorizarse sobre las condiciones actuales de la institución inglesa para afrontar su contratación y, además, sobre el futuro del entrenador en Inglaterra. Dentro de las opciones que se rumorean como posibles lugares donde iría a jugar el capitán de la selección argentina, el Manchester City es el club que le ofrecería jugar en una liga ultra competitiva como la Premier League, en un equipo con grandes futbolistas experimentados y de gran proyección para lograr el tan ansiado título en la Champions League.

Más allá de mudarse de la ciudad que lo cobijó cuando tenía 13 años y en la que formó una familia junto a Antonela Roccuzo, la piedra esencial de la posible llegada de Messi al City está íntimamente relacionada con Guardiola. Después de convertir juntos al Barcelona en, tal vez, la mejor versión futbolística que mostró un equipo en la historia, el argentino desea que Pep siga en el banco de suplentes del conjunto de Manchester más allá de junio 2021, fecha en la que se le terminará el contrato al DT con el equipo inglés.

Según informó la cadena RAC1, Guardiola tenía una cláusula al final de la presente temporada para dejar el cargo, pero eligió no tomar dicha opción para salir de Inglaterra y se mantendrá al frente del plantel en lo que será su quinta campaña, su mayor tiempo en una institución después de los cuatro años que entrenó al conjunto catalán y los otros tres que se mantuvo a cargo del Bayern Múnich en Alemania.

Las próximas horas serán vitales para conocer qué sucederá con el futuro de Messi. Más allá de lo que ocurra con los trámites legales para definir su salida de Barcelona, hay varios actores relevantes que se suman al rol protagónico del astro argentino en esta historia. Dos de ellos son viejos conocidos por el rosarino: Ferran Soriano y Txiki Begiristain, que trabajaron en la institución culé y que hoy son el presidente ejecutivo y el director de fútbol del City, respectivamente, serán claves en las negociaciones entre los clubes, según indica el periódico inglés The Guardian.

Al mismo tiempo, su esposa Antonela también vería con buenos ojos irse de Barcelona, la ciudad en la que nacieron los tres hijos de la pareja, Thiago, Mateo y Ciro. Todo cambió cuando, hace sólo unas horas, el flamante entrenador del Barcelona, Ronald Koeman, se comunicó con el delantero uruguayo Luis Suárez y le informó que no lo tendría en cuenta para la plantilla que afrontará la próxima temporada. Eso fue uno de los puñales que terminó de inclinar la balanza para que Messi decida, junto a su familia, dejar su residencia en España.

Todavía el mundo del fútbol sigue revolucionado por la noticia de que Messi eligió colgar la número 10 del Barcelona. Ahora será tiempo de esperar por la desvinculación y que sea hora de ver cuál será el próximo destino del hombre que cambió para siempre la vida de todos los barcelonistas.