En San Juan los terrenos son pedregosos, duros y bordeado por rocas. En Tucumán se corre sobre césped y en lugares boscosos. En Bariloche los retos son sobre humus y entre árboles. En todos lados la pasión es la misma. El Downhill, la variante del ciclismo de montaña (MTB) que eleva a 190 las pulsaciones de los ciclistas que arriesgan su físico en cada descenso, está creciendo en San Juan y lo hace apoyado en las ganas de un grupo de jóvenes que todos los fines de semana se atreven a desafiar distintos circuitos tallados en las montañas a fuerza de recorrerlos con sus máquinas de ruedas gordas.
 

Rodrigo Cirerol, decimonoveno en el mundial de Canadá del año pasado, de 20 años, es la voz cantante del grupo que entre otros integran Facundo Reyes (25) quinto entre los elite en el Argentino de Tucumán corrido el año pasado (NR: los dos con más años de práctica); Francisco Rubio (15), Ezequiel Cordeje (20), German Galdeano (20), Leonardo Ladino (23) y Nahuel Miranda (21).
 

"En este circuito (El Indio) bajamos a 45 kilómetros por hora. No es el más complicado, pero es muy exigente", contó Cirerol que ha invertido en comprar los sensores que sirven para medir el tiempo de partida y llegada de cada corredor, adelanto que le permitió aventurarse a organizar un campeonato de tres fechas que comenzó el domingo pasado y que tendrá acción en octubre y fines de diciembre.
 

"Nosotros sabemos que salimos de casa a practicar, pero no sabremos cómo volveremos", afirmó con una madurez que sorprende, el más chico de todos, Rubia, alumno de cuarto año del Colegio El Prado, de Chimbas. El pibe hace referencia en que en cada salto doble, en cualquier peralte, escalera o cama de piedras que deben sortear, el "palo" está latente. "Para practicar este deporte hay que ser medio loco", sentencia Facundo Reyes, quien sufrió una dura caída y se luxó el tobillo.

La mayoría tiene pasado de mountain bike y encontraron en esta variante del ciclismo de montaña una actividad donde encauzar sus ansías y liberar grandes dosis de adrenalina. Las bicicletas, que pesan entre 15 y 20 kilogramos, son un 30 por ciento más pesadas que las de mountain bike y casi el doble que las de ruta, cuentan con un central de 36 dientes con un guía cadena, elemento indispensable y siete piñones, de entre 9 y 24 dientes, lo que les permite cambiar de marcha y salir pedaleando al aterrizar en alguna curva, para ganar segundos que pueden ser preciosos. La vestimenta es similar a la de los corredores de motocross, con casco, pechera, rodilleras y coderas.
 

"Estas bicicletas sólo sirven para descender", comenta Rodrigo que se ilusiona con participar del mundial del año próximo ("será otra vez en Canadá o en Nueva Zelanda") tras haber vivido esa experiencia el año pasado.
 

Ellos afirman ser "medio locos". En realidad son unos "locos lindos", que mientras más rápido van hacen más fluido su andar y tienen menos posibilidades de perder el equilibrio en su afán de domar la montaña.

DATO

Cuatro son los circuitos sanjuaninos, de ellos "El Zonda 3" es el más exigente. Le siguen en complejidad: "Zonda 2", "El Indio" y "El Vinchuca".
 

Quienes quieran iniciarse en el DH pueden acercarse al circuito ubicado frente a la Hostería los fines de semana y contactarse con los pilotos.

LOS PODIOS

El domingo se disputó la primera fecha del torneo local, con los siguientes podios: 
Categoría PRO: 1) Rodrigo Cirerol, 2) Juan Cruz Páez, 3) Maximiliano Molina. Elite: 1) Fabricio López, 2) Ezequiel Cordeje, 3) Fabricio Grandi. Juveniles: 1) Mariano Griseño, 2) Francisco Rubia, 3) Martín Montaña. Semirrigida: 1) Federico Fernández, 2) Nahuel Tejada, 3) Luis Alfaro.