Cada ciclista cuenta en su equipo con un técnico que planifica las tareas diarias del conjunto, pero muchos de ellos, como Nicolás Naranjo, tienen un entrenador personal quien le organiza sus trabajos individuales, que se van adaptando a las necesidades del conjunto. Desde hace medio año, cuando se supo que los hermanos Mauro y Adrián Richeze dejaban la escuadra de la Agrupación Virgen de Fátima, Roberto, el mayor de los tres, que dirigía la actividad de Nico, le sugirió que no era ético que mantuvieran la exitosa alianza que tenían. Luego de consultar a varios, el flamante tricampeón del Giro del Sol se decidió por Edgardo Simón. El suarense, doble ganador de la Vuelta a San Juan y un eximio contrarrelojista, influyó -y por los resultados- mucho para que el ciclista de 29 años oriundo de La Bebida consiguiera su tercera victoria consecutiva en el Giro del Sol.

"En las últimas semanas dejé de lado un poco el tema de los embalajes y me dediqué a hacer pasadas para mejorar mi rendimiento en la contrarreloj", contó ayer mientras descansaba en su domicilio del Barrio Natania XV.

Acompañado de su esposa Gisella, Nicolás explicó que de los tres triunfos, el logrado ayer fue en el que menos sufrió. "De los tres creo que el más complicado fue el primero. Llegamos a la última etapa mano a mano con Mauricio Quiroga (el velocista puntano que corría para el SEP) estaba 1 segundo abajo, todo se definiría en el último palancazo. En esa carrera mis compañeros tenían más confianza que yo. Sabíamos que no podíamos equivocarnos porque Mauricio era un rival tremendo así que la tensión nerviosa se me fue en el último palancazo cuando lo superé", comentó mientras buscaba los solcitos que le entregaron para ubicarlos en la foto.

Desde hace seis meses tiene como entrenador a Edgardo Simón.

Su respuesta sorprendió al cronista por lo ocurrido en la edición de la pasada temporada cuando sufrió una rodada porque se cruzó un perro en el circuito y terminó con el codo fracturado. "Esa fue dramática. Pensá que estábamos ganando tranquilos, que teníamos todo controlado y que faltando sólo dos vueltas al circuito se produjo el accidente. Por fortuna pude continuar y ganarlo, pero no fue la más complicada. Por lo que te conté creo que, por ser el primero y por cómo se definió en el último esfuerzo sobre la raya, ese fue el más difícil".

Destacó que mucho influye para que esté pasando por este buen momento que a su preparación sobre la bicicleta la complementa alimentándose bien y realizando el descanso necesario para recuperar energías. "Me cuido mucho en las comidas pero no hago dieta estricta. Por ejemplo todas las semanas comemos un asado con los muchachos del equipo, ese viene a ser el permitido. En esos días, para compensar, almuerzo verduras hervidas y ensaladas", comentó quien actualmente está en 78 kilogramos, que vendría a ser su peso ideal, porque mide 1,78 ("me siento fuerte").

Hay deportistas que durante las competencias suelen perder mucho peso, algo que Naranjo también debe controlar. "En carreras de etapas como el Giro llego a bajar un par de kilos, hoy todavía no me pesé, pero con los años aprendí a conocer mi físico y debo estar en 76".

Sobre lo que viene, Nicolás, contó que después de volver del Tour de Colombia (11 al 16 de febrero) preparará la Vuelta a Uruguay: "Es una carrera que me gusta y buscaré ganar etapas como lo hicimos el año pasado".