El seleccionado argentino de fútbol, que dejó en la primera parte una imagen brillante y bajó su rendimiento sobre el final, empató ayer con su par de Estados Unidos 1 a 1, en un cotejo jugado en el estadio New Meadowsland, de Nueva Jersey. Esteban Cambiasso abrió el marcador para los argentinos a los 41 minutos del primer tiempo, y el colombiano nacionalizado estadounidense Juan Agudelo empató a los 13m. del complemento. Argentina continuará su gira con un amistoso frente a Costa Rica, pasado mañana en San José.

La primera parte del cotejo mostró un nivel brillante del equipo dirigido por Sergio Batista, tal vez lo mejor desde que asumió como entrenador, con dominio de pelota permanente, cambios de posiciones efectivos en ataque, presión en campo rival y explotación de los recursos disponibles para crear una docena de oportunidades claras de riesgo. Con Messi como estrella protagónica en su mejor expresión, imparable para un rival que se agrupaba contra su área y sólo podía mirarle el número de su casaca.

Por momentos, el dominio argentino fue tan abrumador, que su juego se asemejó al del Barcelona de España, precisamente el "fútbol" que pregona Batista y afirma públicamente que aspira a lograr con el elenco nacional, agregándole una "identidad propia".

El aspecto que quedó por mejorar fue la definición en el último toque en las ocasiones que se crearon contra el arco del local. Di María y Lavezzi estuvieron imprecisos en la definición de algunas situaciones pero fueron piezas de desnivel por ambos carriles del ataque, mientras que el arquero Tim Howard salvó en otras, lo que debió ser goleada al concluir el primer tiempo.

A pesar de la descollante performance, Argentina recién abrió el marcador a los 41 minutos, tras una buena jugada de Messi, quien llegó fondo de la cancha, habilitó a un exigido Di María y tras el rebote en Howard, Cambiasso convirtió con un remate fuerte y arriba.

Con un Messi participativo y determinante como pocas veces en el seleccionado, más el acompañamiento inteligente de la mayoría de sus compañeros, Argentina se fue al descanso con una actuación sin sobresaliente, más allá de la diferencia mínima en el tanteador.

Volvió del descanso con el mismo apetito ofensivo el equipo de Batista y en los primeros minutos, Messi y Lavezzi, en dos combinaciones rápidas, estuvo a punto de ampliar el marcador. Sin embargo, una vez más se cumplió la ley futbolera que asevera que los goles errados en el arco rival, se sufren luego en el propio.

A los 13 minutos el local encontró una impensada igualdad, tras un cabezazo Mariano Andújar dio rebote y el ingresado colombiano Juan Agudelo, empujó la pelota sobre la línea de gol.

Luego de la igualdad, el frío bajo cero que cubrió la noche de New Jersey más el golpe inesperado del empate, bloquearon las ideas de Argentina, que perdió la pelota y dejó en defensa huecos que Estados Unidos aprovechó para asediar con algunos centros.

A partir de la igualdad, todas las virtudes destacadas sobre tenencia de pelota, superioridad táctica y diferencia de calidades marcadas, desaparecieron en Argentina. De todas maneras, los conducidos por Batista lucieron en una buena parte del cotejo para soñar con lograr algo importante en el futuro cercano, aunque todavía quedan algunos ajustes para realizar, de cara a la próxima Copa América, que Argentina organizará desde el próximo 1 de julio.