Por el coronavirus, por la abstinencia de pesos pesados como ellos o porque el boxeo está en una chatura que no logra superar, el capítulo III de Tyson-Hollyfield generó una expectativa mundial. Las redes sociales son el reflejo de ese "deseo" de los fanáticos de los puños de verlos nuevamente adentro de un ring. Aunque Mike tenga 53 años y Evander 57 (ninguno lo parece por sus físicos trabajados), el clamor popular es probable que logre el tercer choque entre dos pesos pesados que hicieron historia. El fin benéfico que llevaría esta nueva pelea, aún con el rumor que Hollyfield pidió que no haya nocaut (la esencia del pugilismo), es otro condimento clave.

Por ahora, de acuerdo a la actitud y declaración de ambos excampeones mundiales las ganas están. E incluso Hollyfield fue más allá con un "seguramente se hará".

Hay un cartel que promocionaría la fecha y el lugar del combate: 11 de julio en Diriyah, en ese mar de petróleo que es Arabia Saudita.

Instagram seguramente nos deparará más novedades pronto. El mundo las espera.

La historia de sus puños

El cambio de mando

El 9 de noviembre de 1996, en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, el mundo vio como el reinado de Tyson en los pesos pesados llegaba a su final. Una clínica de boxeo de Hollyfield derivó en su nocaut en el 11mo round para quedarse con el cetro de la AMB. Por ese combate se recaudaron unos 100 millones de dólares y los ingresos por Pay Per View ascendieron a 80, teniendo un total de suscriptores para observar el combate de 1,6 millones.

Con ese triunfo, Diesel se convirtió en el segundo boxeador en ganar el títulos de los pesados en tres ocasiones distintas. "Le gané de principio a fin. Fue muy claro todo: cumplí con el plan armado por mi equipo", destacó Evander con el cinturón en la cintura. Tyson solo atinó a "quiero la revancha".

Canibalismo puro

El episodio II se dio el 28 de junio de 1997, con el mundo entero pendiente de lo que pasaría sobre el ring. Y la pelea tuvo poco de boxeo y mucho de grotesco: el mordiscón de Iron Mike a la oreja derecha de su rival en el tercer round fue la imagen más penosa de la carrera del nacido en el Bronx. Se trató de un auténtico golpe al deporte mundial debido a la expectativa que se generó por esa nueva pelea. A Tyson le suspendieron la licencia profesional y su carrera deportiva ya nunca más fue en ascensos, pese a los innumerables intentos que realizó. "Está loco este tipo", lo acusó Hollyfield, aún con mucha gente sin saber qué había ocurrido sobre el ring. Años más tarde, fue más claro: "Yo lo perdoné a Mike. Yo también alguna vez mordí a un rival, aunque no así. Ya pasó".