Gastón Pastén ya sabe lo que es una "experiencia Dakar', aunque todo el esfuerzo que realizó anteayer trajo su recompensa y, con una dosis de suerte incluida, la vivencia todavía se escribe en tiempo presente. 


El piloto sanjuanino estuvo muy cerca del abandono en la quinta etapa, cuando la Toyota #371 se detuvo a los 80 kilómetros de la especial por una falla eléctrica, originada en la computadora. Junto al navegante cordobés Fernando Acosta, Pastén esperó por ayuda del equipo y que se redujera la etapa por las malas condiciones climáticas fue una ayuda. La obligación era completar lo que faltaba hasta las 8 de ayer. "A la medianoche creía que no nos iba a alcanzar el tiempo y me vine un poco abajo, pero igual nunca dejamos de trabajar. Llegamos apenas 20 minutos antes de quedar eliminados en Oruro, después de estar 24 horas arriba de la camioneta', repasó Gastón quien reconoció la dosis de "suerte porque la etapa de hoy (por ayer) se suspendió y la camioneta estaba en condiciones para hacer el enlace hasta La Paz, donde ya estamos instalados'. 


Así fue que el binomio pasó por la rampa y Pastén estrechó la mano del presidente Evo Morales. "Me preguntó si era hincha de Boca y aunque la verdad que yo no le hago mucho al fútbol, le dije ¡Sí, a morir!', soltó con una carcajada el debutante que todavía está en carrera con la meta final en Buenos Aires el próximo sábado. 
 

 

No se detienen. Fernando Acosta, a la izquierda, y Gastón Pastén ya saben lo que es pasar toda una noche en el desierto gracias a un Dakar. Solucionaron el problema y arribaron ayer con lo justo a Oruro, para trasladarse posteriormente a La Paz.