Córdoba, 23 de noviembre.- El boxeo suele ser un deporte de pocas sonrisas y de mucha piña. El tema es cuando se conjugan esas dos situaciones, como en esta pelea en la que uno de los muchachos falló su golpe y fue a parar... a su propia cara.

No hay demasiados datos del blooper, sólo que el tipo siguió peleando como si nada. Pero la mano que se comió quedará en la historia de las mejores en el boxeo mundial.