River Plate volvió a sonreír en Avellaneda: luego de la caída ante Sarmiento en el Monumental, le ganó 1-0 a Independiente por la fecha 12 de la Liga Profesional. Matías Suárez convirtió el único tanto del encuentro ya en tiempo de descuento para el equipo que más buscó, en el contexto de un cotejo equilibrado. El Rojo comenzó con un traspié el inicio de la tercera etapa de Julio César Falcioni al frente del plantel.

Los primeros minutos fueron del Millonario, dueño de la posesión, con buen primer pase de Enzo Pérez y desequilibrio a partir de Pablo Solari, que contó con la primera chance del partido: a los 7′, sacó un remate cruzado dentro del área que requirió de la intervención de Álvarez. “No podemos agarra la pelota”, se lamentó Falcioni en el banco de suplentes, más allá de que el Rojo no ofreció espacios.

Es que el plan del dueño de casa fue recuperar la pelota y pasar a fase de ataque con cuatro o cinco hombres. Lo logró a los 22, cuando Soñora habilitó a Benegas y su intento pasó ajustada junto a un palo. O instantes después, cuando Leandro Fernández condujo 5 metros, vio que la defensa se abriía y probó: atajó Armani. En el medio, la Banda sufrió una baja sensible: salió lesionado Enzo Pérez e ingresó Bruno Zuculini.

En esa tónica, los dos equipos estuvieron cerca de marcar con sus propuestas. Independiente desbordó por izquierda con Batallini a los 40 y el centro encontró el cabezazo de Benegas, que Armani contuvo con esfuerzo. Y River, ante el cerco bien planteado del local, intentó con un tiro lejano pero bien direccionado de Palavecino, que le hizo viento a un ángulo.

La visita tuvo una clara en el inicio del complemento, con el centro de Beltrán que Solari no pudo conectar y derivó en Barco, cuyo lanzamiento rebotó en un defensor. Pero la sensación reinante era que el Diablo estaba mejor, más vivaz para sus transiciones veloces. De hecho, Batallini, con un envío-remate, forzó la volada providencial de Armani.

Gallardo decidió mover el banco para encontrar soluciones. Con De la Cruz y Borja, mejoró. Y llegó la gran polémica de la jornada: el colombiano apeló al roce físico para imponerse ante Barreto en un centro desde la derecha. Y el zaguero, con el balón en juego, no se la bancó: le aplicó un golpe en el rostro. Rapallini no lo advirtió, pero el VAR lo llamó a revisar. Era tarjeta roja y penal. El árbitro, que representará a Argentina en el Mundial de Qatar, no sancionó.

Casi inmediatamente River estuvo a punto de marcar: un anticipo de cabeza de Mammana precisó del anticipo de Álvarez para evitar el gol.

El encuentro se juega con público del Rojo luego de que la Aprevide modificara su idea inicial de que se jugara a puertas cerradas luego de los incidentes producidos en la sede del club de Avelleneda hace 15 días por socios e hinchas molestos por la delicada situación deportiva y económica del club, que amenazaba continuar en el siguiente partido de local.

En cuanto al partido, River atraviesa un momento en el cual el exitoso entrenador Marcel Gallardo intenta reorganizar el equipo tras las partidas al fútbol europeo de dos piezas claves como Julián Álvarez y Enzo Fernández, sumado a que no encuentra el rendimiento óptimo en la defensa. El “Millonario” aún no tiene cicatrizada la herida que le produjo la sorpresiva eliminación en octavos de final de la Libertadores, el gran objetivo 2022, ante Vélez, y la frustración de no poder haber contado con la llegada del delantero uruguayo Luis Suarez que iba a sumarse al equipo si pasaba a cuartos de final.

En ese contexto, La Banda pretende retomar la senda del triunfo y ser regular, puesto que ganó siete unidades de las pasadas 18, se alejó mucho de la punta y pasó de jugar un muy buen encuentro visitando a Aldosivi (3-0) a una inesperada caída en Núñez ante Sarmiento de Junín (2-1).

Su rival, Independiente, traslada a la cancha su desmanejo institucional y a la muy mala campaña que cumplió con Eduardo Domínguez como DT le sucedieron dos interinatos, primero de Claudio Graf y luego de Juan José Serrizuela, para finalmente acelerar el regreso al club de Falcioni, quien estuvo hasta fines de año pasado.

En la historia del clásico jugaron 193 veces con clara ventaja riverplatense de 81 triunfos contra 58 y 54 empates.