River no pudo con Vélez en el duelo de ida de los octavos de final de la Copa Libertadores: los de Liniers se impusieron 1-0 como locales gracias al gol de penal de Lucas Janson.

El Fortín salió determinado a hostigar a su rival. Con presión extendida, asfixiando a los posibles receptores y cuatro hombres de características ofensivas, como Pratto, Bou, Janson y Orellano. Así y todo, la Banda consiguió un par de salidas limpias desde el fondo y, cuando su juego fluyó, llegó dos veces. Primero a los 6 minutos, cuando Enzo Fernández remató por encima del travesaño. Luego a los 8′, cuando el tiro de Julián Álvarez fue contenido por Hoyos.

Pero la visita nunca dejó de estar incómoda ante la energía para obstruir evidenciada por la V azulada. De hecho, Armani empezó a sacar en largo ante las dificultades evidenciadas. Y a los 13 minutos Héctor David Martínez falló dos veces y la acción finalizó en penal. Primero, el central falló un pase que propició la réplica adversaria. Luego, intentó rechazar con Janson encima y le terminó cometiendo infracción. el propio ex Tigre no perdonó: 1-0.

El duelo ofreció ritmo intenso entre un River que encontró caminos cuando halló libre a Enzo Fernández (buena habilitación a Romero a los 31, pero entre Gómez y Hoyos lo neutralizaron) y un Vélez que no aflojó un ápice, y cuando recuperó alto, supo cómo tomar mal parado a su rival en ese 4 versus 4 en campo millonario que por momentos se produjo a partir de su planteo.

Los dirigidos por Gallardo concluyeron con mejor imagen, en parte porque consiguieron apropiarse de la pelota, y también porque Vélez bajó un cambio y vio cómo algunos de sus hombres comenzaron a llegar tarde a la pelota. El caso emblemático: Valentín Gómez, quien terminó amonestado y merodeando la roja. River pudo empatar a los 38, cuando Paradela aprovechó un choque entre dos jugadores locales, encaró hacia el área y cedió para Álvarez, que le dio dirección al remate, pero no potencia, y terminó en los guantes del portero.

La ausencia de creatividad llevó a Gallardo a hacer un cambio en el entretiempo: Quintero entró por Barco. La tenencia de River en general resultó inofensiva, sin profundidad. Del otro lado, los de Liniers exhibieron filo en cada transición veloz, sin perder casi nunca la energía en el pressing, sobre todo en la salida.

Con un Janson inquieto, Pratto aguantando todo (¿y buscando revancha deportiva tras su partida de Núñez?) y el ingresado Osorio olfateando la sangre, Armani debió sostener a River en serie. A los 52 minutos del complemento, el Oso perdió su chance mano a mano. A los 66, Osorio entró por el segundo palo, pero su definición resultó defectuosa y el guardameta ganó el duelo. Y a los 69, tras un pase exacto del punta ex River, otra vez el arquero se impuso frente a un Osorio que había quedado de frente a la valla.

Prueba del disconformismo de Gallardo: hizo entrar a Aliendro (una práctica) y Beltrán (recién regresado). Pero ni así encontró los caminos para un River desconocido. La mejor noticia para el Millonario fue el resultado, que dejó la serie abierta.

La vuelta será el miércoles 6 de julio, a las 21.30, en el Monumental. El ganador de este cruce se medirá en los cuartos de final ante el vencedor de la llave que protagonizarán otros dos equipos argentinos: Talleres-Colón.