Chance. Di María tuvo en su zurda la chance de abrir el marcador y su definición se estrelló en la cara de Lampe. Argentina dejó pasar su momento y lo terminó pagando.


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Pasó la doble fecha de Eliminatorias y Rusia sigue estando a la misma distancia. Con un largo paréntesis por delante que recién terminara en agosto cuando Argentina visite a Uruguay, el seleccionado argentino volvió a quedar donde estaba: en punto muerto.


Es que desde lo estadístico, la plaza en el repechaje es el peor escenario en donde podía quedar tras caer ante Bolivia y quedó ahí. Pero desde lo futbolístico, este doble plato de Eliminatorias terminó por dejar a Argentina mucho más abajo de lo que venía tras ganarle a Colombia en San Juan. El cimbronazo de perder a Messi, los puntos perdidos ante Bolivia y la escasa respuesta de un equipo que mostró algunas cosas en lo colectivo que contra Chile no se vieron, terminaron por armar un combo que neutralizó el paso adelante que se dio ante los trasandinos donde lo mejor fue ganar, solamente. Pero contra los bolivianos, Argentina fue apenas las ganas de los compañeros de Messi que quisieron disimular el tremendo vacío que dejó la sanción a Lio. De a ratitos, con algunos destellos de la calidad de Di María, Argentina amagó con jugar todo lo que debía pero no le alcanzó.

Golpeada desde lo anímico, en el primer golpe fuerte, Argentina terminó nocaut. Después del comienzo cuesta arriba, que demandó una tremenda entrega y cuando hizo pie, en ese pasaje después de los 25’ del primer tiempo, tal vez se haya visto lo mejor del equipo de Bauza en La Paz. Es más, Angel Di María tuvo la chance más clara de todo el partido cuando definió con sutileza y la pelota dio en la cara de Lampe. Ese fue el mejor retrato de Argentina pero flojito de mandíbula, en la primera que dudó, lo acomodaron para no levantarse más. La prueba estuvo en ese fallido de Romero que resbaló cuando iba a buscar el centro y Arce no se lo perdonó. Ahí, se terminó Argentina. Se derrumbó. Se quedó aturdido y Bolivia encontró las facilidades que no tuvo antes.


En el complemento, Bauza intentó forzar una reacción con sus cambios pero Argentina ya estaba viendo el partido. No lo jugaba. Ya no tuvo juego, se quedó sin respuestas y las apariciones de Aguero y de Acuña poco aportaron para tratar de cambiar un final que estaba escrito aun mucho antes del inicio del partido.


Argentina jugó y perdió. Una consecuencia inevitable de la crisis que lo azota y que ayer se llevó puesto al mejor del mundo. Fue una fecha perdida en el camino a Rusia. Argentina está a la misma distancia de Rusia que antes de comenzar esta doble fecha. Ni cerca, ni lejos pero atrapado en la maraña de desconcierto que gobierna su presente y condiciona, seriamente, su futuro en el Mundial 2018. Como que tocó fondo.

No se puede


Argentina tiene un auténtico karma en la altura de La Paz, donde ganó apenas tres veces en la historia. La selección del Altiplano apenas ganó tres juegos en estas Eliminatorias y uno fue ayer. Los otros dos triunfos fueron 1-0 contra Paraguay y 4-2 sobre Venezuela.