”Pará todo”. Dos palabras que pueden ser el comienzo de un final que quizá nadie, incluyendo al propio Lionel Messi, jamás se imaginó: el mejor jugador del mundo yéndose de su amado Barcelona, club al que llegó con apenas 14 años y donde se convirtió en la máxima leyenda. La bomba mundial explotó con la revelación periodística de la prestigiosa Cadena Ser de España, pero con el paso de las horas se multiplicó y entonces, sin ninguna desmentida del capitán de la selección argentina ni su entorno, todo se potenció. Dicen que la frase del arranque de la nota se la dijo la Pulga a comienzo de esta semana a su padre, Jorge, quien es su mánager y el que siempre negocia todos los contratos (con Barcelona y de publicidad) de su hijo prodigio. Pero, ¿qué pasó para que Lionel ahora piense seriamente en quedar libre en julio del 2021 cuando expira su actual vínculo con el club catalán? El mayor problema, acaso, esté en esta respuesta: no hay un solo factor.

La gota que rebalsó el vaso, cuentan en España, fue el escándalo que se armó por el desaire de Messi al ayudante de campo de Quique Setién, Eder Sarabia, en el partido de hace una semana ante Celta. El capitán culé lanzó un “qué querés que haga, bolud...”, cuando el segundo entrenador del equipo le da una indicación. Los dardos apuntaron todos al rosarino, quien por entonces no pudo conseguir los 700 goles en el profesionalismo, algo que obtuvo de penal ante el Atlético de Madrid del Cholo Simeone.

Pero eso es apenas la puntada final de un complejo cuadro de molestia de Lionel con el club donde él es su máximo ídolo. Su decisión de ‘freezar’ la negociación para renovar el contrato tiene algo fundamental: Messi ve que la dirigencia que encabeza el desgastado presidente, Josep María Bartomeu, no ha cumplido en formar un equipo para “seguir ganando”. Los mercados de pases de la institución han ido de mal en peor desde que en el 2017 se alejó Neymar. El último caso es la contratación por 120 millones de euros del francés Antoine Griezmann, quien podría irse de Barcelona al no haber nunca encajado. Los casos así se multiplican y Lionel ve cómo la dirigencia no es capaz de acertar tampoco con los técnicos que se traen. El caso de Setién es un ejemplo más que palpable: sin respaldo del plantel pese a llevar solo medio año en el banquillo.

A eso hay que sumarle los problemas internos del Barca, que a mediados del 2021 tendrá renovación de autoridades (Bartomeu no puede ser reelecto). Ahí, existe un punto conflictivo y donde Messi quiere estar lo más alejado posible. Cuentan que por eso, también, la renovación está en pausa, aunque no es el factor predominante.
“No me veo afuera de Barcelona”, contó el zurdo, ya de 33 años, hace apenas cuatro meses: 136 días para ser exactos. 

Pero... la historia puede que cambie. En realidad, a nivel contractual, la ecuación es clara y alarmante para todo el barcelonismo: si Lionel no renueva el contrato, el 1 de julio del 2021 quedará libre. Es decir, podrá ir a jugar donde quiera (el retiro está descartado ya que apunta todo a su último Mundial con Argentina en ‘Qatar 2022’) sin que un club tenga que hacerse cargo de una transferencia de ‘otra galaxia’. Será cuestión de seducir al para muchos mejor jugador de la historia y acordar su salario. Claro está, si Messi se quiere ir de Barcelona, lo demás quedará en un rol ‘secundario’ para él. Con tres hijos varones y su esposa Antonella Roccuzzo afianzados en su mansión de Castelldefels, resulta difícil pensar en una mudanza, pero...

A medida que la carrera de Messi fue creciendo hasta llegar a ganar nada menos que cuatro Champions League con el Barcelona y ser su máximo goleador en la historia (también lo es de la Liga española), las renovaciones de contrato fueron dilatándose. Aunque, hasta ahora, nunca eso impidió seguir viéndolo con la camiseta azulgrana. En algunas oportunidades, el dinero fue el problema principal a resolver. Aunque ahora con la cuenta bancaria de Messi contando más de nueve ceros y en euros, ese no será la traba principal. Todo Barcelona, encabezados por Bartomeu, lo saben muy bien y entonces apuntan a un ‘operativo seducción’. Y entonces, ahí entra en acción un compatriota del zurdo: Lautaro Martínez. El actual delantero del Inter de Italia es una obsesión para la dirigencia y Messi ya hizo saber su deseo de tenerlo de ‘compadre’ en la ofensiva. Otro punto determinante para que se quede en Barcelona puede ser la repatriación de su excompinche en el ataque y amigo personal, Neymar. Aunque su salida del PSG francés se ve muy compleja sin la fortuna que pide el club parisino.

Dicen que después del “pará todo”, Messi dijo otra frase vital en este momento: “quiero esperar”. ¿Esperar qué?, solo él lo sabe...


APUNTES

Única

Messi debutó en Barcelona en 2004 y sólo una temporada no ganó ningún título: 2007-08. Eso se podría repetir ahora ya que el equipo quedó afuera de la Copa del Rey, la Liga se complicó y le queda la Champions.

Destinos

Si Lionel se va de Barcelona, dónde podría irse a jugar. El Manchester City de Pep Guardiola contaría con muchas chances. Aunque siempre lo tentaron, por ejemplo, el Inter, el PSG, y su querido Newell"s.