El 30 de enero de 2020 fue la última vez que Roger Federer jugó un partido oficial de tenis. Desde entonces, y también en parte por la pandemia, estuvo alejado del circuito por un problema físico muy sensible: se sometió a una cirugía artroscópica en la rodilla derecha. Si todo marcha bien volverá al circuito el próximo 8 de marzo en el ATP de Doha.

Hay un detalle no menor y es que el suizo cumplirá 40 años en agosto, por lo que regresará a las canchas después de 12 meses de inactividad. Su preparador físico, Pierre Paganini, dijo que “los músculos de Roger se deterioraron considerablemente”. El paso del tiempo castiga a los deportistas y uno de los mejores tenistas de la historia no es la excepción.

“La rodilla derecha le causó varios problemas a lo largo de los años. Podría tenerlos bajo control con una planificación adaptada y ejercicios específicos. Él y todo el equipo estuvieron trabajando en esto. Pero Roger siempre ve la cosas de manera positiva. Y mientras pueda jugar y entrenarse libremente, esto no será un problema. Llegó un momento en el que decidió operarse, asumió esa responsabilidad”, dijo el PF en diálogo con el diario suizo Tages-Azeiger.

Como bien explicó Paganini, las molestias en esa zona de su cuerpo no son una novedad: en 2016 se perdió la mitad de la temporada. Pero el principal problema es que, cuatro años después, las molestias no son las mismas. “En esa oportunidad él se tomó un descanso después de Wimbledon, pero sus músculos siempre estuvieron ahí. Ahora tuvo una ruptura total y los músculos se deterioraron considerablemente”, agregó.

Roger pasó dos veces por el quirófano el año pasado y ahora harán un arduo seguimiento de su estado físico. “Pasó mucho tiempo entre la primera operación y la época de julio, cuando tuvo la segunda. Sus músculos ya no estaban en las mismas condiciones, los desequilibrios eran extremos. Sus músculos ya no podían trabajar de inmediato y necesitaban más tiempo de recuperación. Recién en octubre empezamos a entrenar”, explicó Paganini.

Es cierto que Federer prácticamente no sufrió lesiones de gravedad a lo largo de su carrera. Es por eso que tener estos inconvenientes en la etapa final podrían ser un riesgo.

“Hoy lo ves y se entrena con normalidad. Si pudieras verlo dirías ‘no está lesionado, todo está bien’. Pero no debemos olvidar que sólo cuando todas las etapas están terminadas comienza a funcionar la reactividad. Esto es muy importante en el tenis. Hemos estado trabajando en eso durante mucho tiempo y es ahí donde se puede ver si el rompecabezas funciona, en todas sus variantes. Necesitó mucha paciencia para llegar a este punto”, cerró el profe.

Los detalles del regreso de Federer al circuito

El ATP de Doha se jugará del 8 al 13 de marzo. “Llevo mucho tiempo pensando cuándo y dónde volver. Australia era demasiado pronto por mi rodilla. Quería regresar en un torneo más pequeño y donde el estrés también sea un poco menor”, dijo el pasado 2 de febrero a la cadena radial SFR de su país.

El exnúmero uno del mundo, que no juega desde su derrota en las semifinales del primer Grand Slam de la temporada ante el serbio Novak Djokovic en 2020, reconoció su tristeza por perderse por primera vez en 23 años esta cita: “Es algo que duele porque es uno de los lugares donde más me encanta jugar”.

Federer también dejó claro que intentará volver a jugar en polvo de ladrillo y que por nada del mundo quiere perderse Wimbledon, los Juegos Olímpicos y el US Open.

El ganador de 20 Grand Slams habló también de este largo periodo sin jugar. “Pensé que no seguiría mucho el deporte y que estaría más ocupado con mis hijos y mi rehabilitación, pero me sorprendió que siguiese comprobando resultados y viendo partidos porque normalmente no hago eso si no participo en un torneo”, cerró.