Pasa sus días sentado con un yeso que le cubre casi la totalidad de su pierna derecha y otro que se extiende hasta el codo del brazo derecho. Habla casi sin abrir la boca porque sus maxilares han sido inmovilizados luego de las cuatro operaciones en una que le realizaron. Está siete u ocho kilos por debajo de sus 81 habituales, porque se alimenta únicamente con líquidos. Está complicado, saliendo de las graves lesiones que le produjo el accidente sufrido el pasado 15 de diciembre pero lo importante es que Vicente Ochoa está vivo y que puede soñar con volver a sentirse libre sobre una bicicleta.

"Gracias a Dios, mi recuperación va muy bien", cuenta quien ayer fue a la primera curación de su rodilla y sorprendió gratamente a los médicos (Luque y Quesada) que el pasado jueves 29 le rearmaron la pierna. "La cicatrización es muy buena y eso nos pone a todos muy contentos", contó su tía María, quien junto a Francisca, su mamá y a la abuela Celestina son quienes están atentas a que no le falte nada.

"Si usted viera la bicicleta. No sirve más, quedó hecha un bollito, tengo que ir enseguida a la seccional quinta (Santa Lucía) para retirarla", agrega su papá Esteban. Toda esta familia, muy querida dentro del ambiente del ciclismo, está permanentemente alerta para tratar que la recuperación sea lo más placentera posible dentro de lo tediosa que es para un muchacho que nunca se queda quieto.

Mucha gente los ayudó a los Ochoa a superar este momento, pero es el progenitor del pedalero quien ha tenido que hacer frente a todos los gastos que demandó la internación y las dos cirugías que se le practicaron, las que incluyeron la adquisición de dos prótesis, una para el brazo donde sufrió doble fractura de cúbito y radio y otra para la rodilla cuya rótula había quedado destruida. "He tenido que pagar casi 15.000 pesos", contestó Esteban cuando se lo consultó por la cifra que llevaba gastada en la recuperación de su hijo.

"Yo puedo decirle que estoy muy agradecido a gente de la Municipalidad de Rawson, de Maverick, de la Municipalidad de Pocito y de Don Carlos Gómez (presidente de la Agrupación Virgen de Fátima) porque me han dado una gran mano", dijo entre dientes Vicente.

La casa del Barrio Los Alerces parece una romería, tal cual ocurrió en el hospital Rawson, mucha gente entra y sale para saludar al convaleciente. "En el hospital me atendieron muy bien", agregó el ciclista herido, quien estuvo una semana en Terapia Intensiva, otra en Terapia Intermedia y los últimos días en Traumatología.

Cuando el tema pasó por el festival solidario que se hará pasado mañana en el velódromo, a Vicente se le llenaron los ojos de lágrimas y solamente pudo decir "gracias". Luego, agregó que los médicos le dijeron que superado el período de rehabilitación podrá volver a subirse a la bicicleta. "Me voy a cuidar muy bien para recuperarme y agradecerle a toda la gente que me está apoyando corriendo alguna carrera".