El sábado, cuando cruzó la meta en soledad y levantando el dorsal con el número 75 perteneciente a su lesionado compañero Fabio Jakobsen; el joven belga Remco Evenepoel (Deceuninck-Quick Step) ratificó todo lo bueno que viene haciendo durante este atípico año y no sólo saltó al liderazgo de la clasificación general del Tour de Polonia, carrera del calendario World Tour a la que asistieron la mayoría de los corredores que participaran, del 3 al 25 de octubre en el Giro de Italia. Ese mismo día, en Francia, el neerlandés Primoz Roglic (Jumbo-Visma) se impuso en la cima del Lelex Monts Jura, con un arranque demoledor al que no pudieron responder los colombianos Egan Bernal (Team INEOS) y Nairo Quintana (Arkea Samsic). El hombre que el año pasado ganó la Vuelta a España sacó a relucir sus credenciales ante varios de quienes serán sus rivales en el Tour de Francia que se largará el 29 del presente mes en Niza y culminará frente al Arco de Triunfo en París, el 20 de septiembre.

Evenepoel y Roglic mostraron una gran evolución en la montaña.

Aún cuando hay un dato que no es menor a favor de los ciclistas triunfadores, como que en Bélgica y los Países Bajos, no hubo una cuarentena tan rígida como en el resto de los países europeos y en América; no pude dejarse de mirar el árbol en el medio del bosque. Los dos ciclistas que han ganado las pruebas por etapas disputadas durante el fin de semana son pedalistas que se destacaron como especialistas en la contrarreloj, virtud que le permitió a Roglic ser tercero en el Giro de Italia del año pasado y luego imponer su categoría en España. El mismo talento para andar en solitario de Evenepoel le permitió asegurar las Vueltas a San Juan y a Algarve, ganadas antes del parate por la pandemia del coronavirus.

El fondo en e ciclismo es fundamental para acondicionar los físicos de los ciclistas a las grandes exigencias como son las pruebas de tres semanas con un tercio de sus etapas que se codean con la media y alta montaña. Estar más "fondeados" o con mejor ritmo que sus rivales américanos puede haber influido en estas competencias cuyo valor irá perdiendo fuerza a medida que el resto equipare sus valencias físicas; pero no se puede desdeñar la idea que gran parte de lo visto en Polonia y L"Ain no se bastante de lo que podrá observarse en las citas del máximo nivel World Tour.

El pibe Evenepoel dejó de ser una promesa para convertirse en una abrumadora realidad que llevará con firmeza los galones de su equipo en la "corsa rosa". En tanto que Roglic reafirmó sus expectativas de cortar el dominio del INEOS inglés en la "ronda gala". En ambas victorias abofetearon a los escaladores en su ámbito. Demostrando que aprendieron a subir y que el tiempo que ganen en las crono será difícil de descontar en los ascensos.

Una semana "clásica"

Como consecuencia de la pandemia del coronavirus, el ciclismo mundial tuvo que apretar su calendario y en tres meses se realizarán una cantidad de competencias que llenan medio año de actividad en el mundo. Con las grandes vueltas como objetivo máximo, el Tour de Francia, primero, por lo que significa para mantener la actividad por sus características de escaparate máximo para que los sponsor de los equipos muestren su marca a una teleaudiencia calculada en mil millones de personas ubicadas en la platea mundial, y luego el Giro de Italia y la Vuelta a España.

Es por ello, que pasado mañana se disputará la carrera de una semana que se considera la "entrada" del menú que tiene al Tour como plato principal: El Criterium du Dauphine. Sus cinco etapas recorriendo Los Alpes las disputarán, entre otros, Roglic, Bernal y Quintana.

El miércoles, también, se disputará la 104 edición de la Gran Piemonte, una clásica de una etapa, italiana, con perfil quebrado. En tanto que el sábado será el turno del Giro de Lombardia, segunda carrera "monumento" de la temporada.