Si algo no tenían que hacer era empatar. Porque el punto, lejos de sumar, restaba y para ambos lados. Del sector de Trinidad, las cuentas eran claras: ganando, prendido en la pelea por la clasificación. Para Alianza, ganar era consolidar sus aspiraciones y meterle la presión a Gimnasia de Mendoza para pelearle esa posición. Pero a ninguno de los dos les sobró nada y en El Templo fue 1-1. Merecido en dosis exactamente iguales porque los dos amagaron con hacer un enorme partido en el primer tiempo y luego se desinflaron. Así, los grandes beneficiados fueron Del Bono y Unión, que sin jugar mantuvieron su margen de clasificación intacto.

En el comienzo, Trinidad se adueñó de la pelota y empezó a manejarla con el criterio que le dan Hernán Muñoz y Juan Ruiz. Faltaba presencia ofensiva para traducir ese dominio en situaciones de gol. Y a los 10\' en el primer ataque a fondo, llegó el centro desde la derecha y Reina se elevó muy solo para habilitar a Gigena, quien sin marcas en el área chica definió con comodidad ante Coronel para poner el 1-0. Alianza se sacudió. Emparejó la pelea en el medio con actitud y con pelotazos, complicó feo al fondo de Trinidad. Y así, a los 20', tras un corner al primer palo, Javier Paratore se anticipó a todos y dejó sin chances a Lavorante. 1-1 y vuelta a empezar para ambos.

En el complemento, Trinidad apostó un poco más para ganar. Metió más talento con Guajardo pero nunca pudo llevar a Alianza contra su arco. Hubo un par de aproximaciones de peligro pero nada más. Del lado de los de Santa Lucía, la premisa fue hacerse fuertes sin complicarse demás. Así, bien parado, el Lechuzo esperó por una contra que nunca se le daría y en el tramo final del partido, cuidó el punto que le da algo de paz a su pobre presente.