Unión consiguió una victoria que le sirve y mucho por sus objetivos en esta parte del año. Derrotó por 3 a 0 a Lanús, volvió a la zona de equipos que están clasificando para la Copa Sudamericana del año próximo, y se fortalece anímicamente para su debut en ese torneo de 2019, el próximo miércoles, en su estadio, frente a Independiente del Valle, de Ecuador.

Muchos simpatizantes comenzaban a ubicarse en el estadio cuando el local consiguió la ventaja. Después del segundo tanto, aparecieron los espacios y sin perder de vista su objetivo, el tatengue se lució. Lanús nunca pudo reaccionar. Lo intentó, pero la tibieza de su juego hizo que nadie pensara que pudiera descontar, mucho menos comprometer la diferencia de su adversario.

El local tuvo fortaleza en todas las líneas, especialmente desde el medio hacia arriba, donde fueron decisivos Diego Zabala y Franco Fragapane. Enfrente, Lanús parecía perdida, sin orden y sin ideas. Nadie reaccionaba. Y la diferencia era evidente.

Por aquello que se dice: "el que pega primero pega dos veces", Unión comenzó ganando. Pero además encontró poca resistencia en un equipo desconocido, que cuando intentó cambiar su suerte fue tibio, anodino, sin la cuota de reacción que se podía esperar.

Al comienzo, Unión tuvo el mejor cuarto de hora. Fue un arranque perfecto. Antes del minuto ya estaba en ventaja. Lo más importante de ese logro fue que obnubiló al adversario. Lanús debía reaccionar y no lo hizo; en realidad no pudo. Peor aún cuando antes del cuarto de hora recibía el segundo mazazo. Iba a ser difícil concentrarse en analizar lo que pasó y lo que debía pasar para cambiar ese pésimo presente.

Lo intentó, pero no alcanzó para descontar. Hubo un poco más de orden, especialmente del medio hacia adelante, pero Unión cerró sus líneas y no le dejó espacios para que el visitante pensara en la reacción.

El triunfo fue categórico. El tatengue se llevó la sonrisa al hotel, aguardando lo que viene esta semana. Por ahora, los objetivos se van cumpliendo. Lanús debe comenzar a preocuparse.

Los goles