- ¿Cómo se dio la definición de la etapa?

- Como se esperaba, muy dura.

- ¿Hubo un momento crítico por el que cambiaron de estrategia?

- Nosotros sabíamos que iban a atacarnos y veníamos preparados para eso. En este aspecto quiero agradecerle a todos mis compañeros que dejaron la vida por neutralizar la fuga que se había hecho y nos dejaron a mí y a Zamora bien cerca del Colorado.

- Zamora dice que no respetaron las posiciones.

- Lo hicimos, desde los 3 kilómetros finales lo traía en mi rueda y veníamos bien. Tratando de aguantar todo. En un momento dado ví que no venía, lo llamé un par de veces y esperé hasta que nos atacó primero Ignacio Pereyra, que estaba cerca nuestro y si llegaba primero con la bonificación nos podía complicar la Vuelta. En ese instante miré hacia atrás y no lo vi (N de R: ver secuencia de página 66) y salí a buscarlo a Pereyra. Lo alcancé y le hice un contraataque.

- ¿Fue Montivero el rival que más te preocupaba?

- En cierta manera sí. Luciano es un corredor de una gran nobleza que no se guarda nada y que escala muy bien. Cuando alcancé a Pereyra frené el ritmo tratando que Zamora llegara. Se adelantó unos metros San Martín y fue ahí cuando me atacó Montivero. En ese instante sentí que Escudero (Carlos, el técnico) me gritó que saliera a buscarlo.

- ¿Y después?

- Cuando lo alcancé y lo pasé le di con todo. Sabía que estaba bien, que tenía resto físico y que era la oportunidad de no arriesgar la Vuelta para la que tanto trabajó, desde el mes de julio, todo el equipo.

- ¿Se nota que disfrutás mucho ganar esta etapa?

- Es así, me encanta. Yo siempre digo que amo correr en San Juan. Me siento un sanjuanino más y sé que mucha gente que hace el viaje hasta El Colorado espera un espectáculo como el de ahora donde había muchos buenos corredores distribuidos en todos los equipos. Estaban todos, los mejores escalando y haber ganado me da mucha satisfacción.