"Estoy cansado de que me roben, por eso tomé esa actitud", dijo M.L, el anciano de 81 años que hirió de un escopetazo a un supuesto ladrón menor de edad que había ingresado al fondo de su casa en La Bebida, Rivadavia, al parecer, porque pretendía robarle el lavarropas.

El hombre además admitió que tiene mucho temor, sobre todo a que desde el entorno del herido tomen represalias. Por eso evitó explayarse en su versión y señaló que ya está a disposición de la Justicia.

Fuentes policiales revelaron a este diario que el último viernes por la mañana al anciano le habían robado un perro. Ese ataque fue uno más de la seguidilla que venía sufriendo desde hacía meses. Todo indica que los ánimos del hombre estaban caldeados y terminó de explotar en la madrugada del sábado, cuando escuchó ruidos en el fondo de su casa, cerca de Comercio y 9 de Julio.

Según fuentes de la Fuerza, el anciano dijo que se levantó de la cama, que vio las siluetas de al menos 3 sujetos que intentaban llevarse el lavarropas, que tomó su escopeta calibre 32 y que desde la ventana efectuó un disparo al aire. Y que el segundo fue directamente hacia los sospechosos.

Los sujetos huyeron pero uno de ellos, de 16 años, tuvo que ser auxiliado en las inmediaciones porque estaba herido. Una ambulancia lo recogió a los minutos y lo trasladaron al Hospital Rawson, donde los médicos constataron que presentaba heridas con orificios de entrada y sin salida de tres perdigones de plomo. Uno se había colado por su espalda y dos por los glúteos, dijeron fuentes policiales. El menor a las horas recibió el alta.

Los problemas para M.L. son varios, pues además de atravesar una difícil situación en lo que respecta a posibles represalias, enfrenta una investigación judicial: un juez debe resolver si el anciano actuó o no en legítima defensa.

Ayer los vecinos expresaron a este diario que la zona es muy peligrosa, sobre todo de noche. Comentaron que los asaltos en la vía pública son constantes y que la seccional 34ta, encargada de la seguridad de la zona, no da abasto.

¿Segundo herido?

Un joven de 19 años llegó al Hospital Marcial Quiroga con heridas de perdigones en uno de sus brazos. Eso ocurrió alrededor de las 10 del sábado. El muchacho, de apellido Delgado, evitó brindar precisiones sobre el origen de las lesiones a los policías que lo entrevistaron. En la Fuerza sospechan que puede tratarse de otro de los sujetos que ingresaron a la casa del anciano, debido a que las heridas son compatibles con las de un escopetazo.