Recuperándose. Ilda Muñoz ahora guarda reposo en su casa. Ya se le bajó el hinchazón del ojo derecho, pero le duele todo el cuerpo por la feroz golpiza. Además tiene 4 tajos en el brazo izquierdo.

Tres delincuentes vestidos como operarios de Telefónica entraron a asaltar a una casa de Desamparados y propinaron una brutal paliza a la empleada doméstica para que revelara dónde guardaba el dinero su patrona. De las trompadas que le dieron le fracturaron un pómulo a la pobre mujer, además de dejarle un ojo morado y otras lesiones. Con un cuchillo carnicero le hicieron cuatro cortes en el brazo y la patearon en el piso hasta que la desmayaron. Al parecer, los asaltantes buscaban una importante suma de dinero, pero al final se llevaron 7.000 pesos, entre moneda nacional y dólares.


Tan brutal fue el asalto que sufrió Ilda Muñoz, una viuda y jubilada de 62 años, que ahora tiene miedo de volver a trabajar a esa casa del Consorcio San Isidro, en la calle mismo nombre, en Capital. Los asaltantes que la atacaron el martes al mediodía en esa propiedad la amenazaron con que, si avisaba a la Policía, la iban a buscar a la salida del trabajo y sería ‘boleta‘. 

Pensé que los ladrones me iban a matar. Y tanto me pegaron, que me desmayé

ILDA MUÑOZ - La empleada doméstica asaltada


Los sujetos manejaban datos de los dueños de casa, la familia Marcovecchio. ‘Sabemos que los pendejos no están y que la dueña cada dos por tres va al cajero‘, dijeron, según Ilda, que en ese momento estaba sola en la vivienda. De hecho, llamaron a través del portero y la engañaron diciendo que venía de Telefónica por una reparación. ‘Traían ropa de trabajo y campera azul, gorritas y una caja de herramientas. Uno caminó hacia el teléfono, pero después se dio la vuelta, me agarró de los pelos y me arrastró al baño. Me insultaban y preguntaban dónde está el dinero y las joyas. Les dije que no sabía nada y empezaron a pegarme. Me dieron trompadas, pero como me cubrí, comenzaron a tajearme el brazo y me patearon en el piso. Tanto me pegaron que me desmayé. Y me desperté cuando llegó la hija de la señora y me auxilió‘, relató. Para entonces, los ladrones ya habían huido con 4.000 pesos y 200 dólares.