Lo hallaron desnudo, al lado de su cama, boca abajo, amordazado y atado: con una cámara de bicicleta en sus tobillos, un cinto en las rodillas y un pañuelo sujetándole sus manos. Fue ayer alrededor de las 18, cuando a una vecina le pareció raro que estuviera abierta la puerta reja del garaje cuando no era lo habitual. Y entonces un pariente se topó con el macabro hallazgo y descubrió también que no estaba su Chevrolet Corsa, su televisor y otros aparatos, algo de dinero y al menos cinco de las guitarras que fabricaba.

La víctima se llamaba Carlos Scalzotto, tenía 67 años y era muy conocido en el ambiente cultural, pues había seguido el trabajo de su padre y se destacaba como fabricante de guitarras, dijeron fuentes policiales, familiares y conocidos.

‘Era diabético... estaba atado y parece que lo golpearon’, dijo entre lágrimas una de las sobrinas de la víctima.

Anoche lo policías suponían que el ataque pudo haber ocurrido en la noche del martes o la madrugada de ayer. Y conjeturaban que él o los delincuentes hubieran sido conocidos de la víctima, pues no detectaron signos de violencia en los ingresos a la vivienda, la número 63 de la calle Neuquén (entre Mendoza y General Acha) en el barrio Lebensohn, en Chimbas.

Para tratar de esclarecer el caso, los pesquisas investigaban el entorno íntimo de la víctima, a quien se señalaba en el barrio como alguien con inclinaciones homosexuales, precisaron voceros del caso.

Todo indica que cuando salieron en el auto de Scalzotto, lo chocaron en el garaje, pero ayer ninguno de los vecinos mencionaron haber escuchado o notado algo raro durante la noche, precisaron los voceros.

El resultado de la autopsia es clave para saber cuál fue la causa de muerte, aunque es evidente que Scalzotto fue asesinado.

Ayer, cada paso en la investigación policial fue dirigido en la escena del crimen por el titular del Cuarto Juzgado de Instrucción, Martín Heredia Zaldo, sus colaboradores y la fiscal Ana Lía Larrea.