Si bien era bastante reservado, el círculo íntimo del policía Oscar Armando Mura (28) sabía que las cosas no marchaban bien con su pareja, un joven de la misma edad llamado Diego Roberto Espejo. "El otro chico era muy celoso y él le tenía mucha paciencia", dijo Brisa, una amiga de "Nando". Ese supuesto túnel enfermizo condujo a lo peor, porque ayer una vez más tuvieron una discusión y porque pese a que nadie lo imaginó, fue la última: Espejo tomó la pistola reglamentaria de su novio y, previo a un forcejeo, lo acribilló con tres disparos directos al abdomen que efectuó a corta distancia, según fuentes judiciales.

Mura era oficial ayudante y trabajaba en la seccional 17ma. Espejo había estado en pareja con una mujer con quien tiene una hija, pero se había separado y había iniciado una relación con el policía. Desde octubre último alquilaban un departamento en el fondo de una casa ubicada en el 112 (E) de la calle Eladio Quiroga, en el Barrio Sarmiento de Chimbas. Fue el dueño de esa vivienda el que a las 3.03 de la madrugada escuchó las detonaciones y salió a ver qué pasaba. En eso que se dirigió al fondo se cruzó con Espejo, quien le confesó que le había disparado a su novio. El hombre de inmediato llamó al 911 y al rato el lugar estaba lleno de policías. El homicida fue detenido en la escena del crimen, de donde nunca se movió. Por Mura nada se pudo hacer, pues cuando fueron a verlo ya estaba muerto. El cuerpo yacía en el dormitorio, a un costado de la cama. Tenía cuatro orificios de bala, tres en el abdomen y uno en la espalda, pero los pesquisas determinaron que ese último fue producto de la salida de uno de los proyectiles, que probablemente se desvió en un hueso porque perforó la parte superior de la espalda. "Nando era una excelente persona, todo un ejemplo, siempre se esforzó para lograr sus metas", expresó Pablo, amigo del fallecido.