Otros tiempos. Diana Ruarte y su expareja Marcos Marín habían pasado años felices, hasta que las cosas empeoraron y se separaron. El viernes él quiso matarla a cuchillazos.

Llegó en moto a eso de las siete de la tarde del viernes, cuando ella estaba sola en la casa del Loteo Taranto, en 9 de Julio, donde vive con sus dos pequeños hijos, su madre y un hermano. Entró, le dio media vuelta de llave a la puerta y todo indica que su intención no era otra: terminar con la vida de su expareja, la madre de sus dos chicos de 5 y 3 años. Esa mujer que en agosto pasado se cansó de los malos tratos, dio por terminada la relación y se mantuvo en su decisión, a pesar de la ‘obsesiva insistencia’ del padre de sus hijos. Hubo una discusión y los primeros gritos de la joven fueron su tabla de salvación porque en el acto una vecina se acercó a la casa, forzó la puerta hasta abrirla y evitó lo peor. Cuando Marcos Marín (28) desistió de sus designios homicidas, su ex Diana Ruarte Troncoso (23) era un baño de sangre, pues había alcanzado a recibir 8 puntazos en el pecho y el abdomen, con un peligro cierto para su vida pues uno de esos cuchillazos le dañó un vaso sanguíneo, precisó ayer su padre Gustavo Ruarte, al enumerar a este diario cómo ocurrió el violento ataque contra su hija.


Frustrada la agresión, el descontrolado Marcos Marín se autopropinó unos cinco puntazos con el mismo cuchillo en el abdomen, dentro de la misma casa de su ex, agarró la moto en la que llegó y partió a la casa de su padre en el Loteo Municipal, en Las Chacritas, 9 de Julio.


Al llegar le dijo a sus hijos que se había caído de la moto para justificar la sangre en su cuerpo y su ropa, y los subió a un auto, al parecer con intenciones de escapar. Pero todo fue frustrado por su hermana Cintia que había recibido un llamado de su malherida excuñada, contándole lo que había pasado y previniéndola de que tuviera cuidado con los niños, contó Ruarte.


Según el hombre, la vecina que evitó la muerte de su hija fue la que le avisó y le pidió que llamara a la Policía. Instantes después, Marín era detenido y ayer permanecía internado con custodia policial, pero fuera de peligro, dijeron fuentes policiales.


‘A pesar de toda esa locura y esa barbarie mi hija está bien. Los médicos me dijeron que su vida no corre peligro, gracias a Dios. Ella se separó porque cuando él tomaba se descontrolaba y la agredía verbalmente. Y desde que no estaban juntos estaba obsesionado con ella, le insistía para volver, la seguía a la escuela nocturna a la que iba, no era vida la que pasaba mi hija. Después que la hirió se fue a la casa de su padre todo ensangrentado y le dijo a los niños que se había caído de la moto ¿cómo pudo hacer eso? Yo voy a orar para que él viva y pague por lo que hizo’, dijo Ruarte.