INVESTIGACIÓN. Pesquisas policiales entrevistaron ayer a familiares de la víctima en el Hospital Rawson, en busca de pistas.

Un accidente. Desde que José Cortez fue hallado con la cabeza ensangrentada al lado de su moto Zanella 150cc, a las 7,15 de ayer, el propio compañero de trabajo que lo encontró y los policías que acudieron al lugar, pensaron que se había lastimado al caer del rodado, porque no usaba casco y por las piedras de ese callejón conocido como Laprida, en la zona de Barrealito, situada unos 15 kilómetros al Oeste de la Villa Calingasta. Según la Policía, un traumatismo de cráneo fue también el diagnóstico de quienes lo atendieron en Calingasta. Pero fue recién a su ingreso al Hospital Rawson que descubrieron que la cosa era mucho más grave: el crítico estado de Cortez no había sido provocado por un siniestro vial, sino por dos impactos de bala.


Anoche, seguía internado en terapia intensiva, ‘estable’, según sus familiares.


Cortez tiene 49 años, es padre de un hijo y vive con su familia en la Villa Calingasta. Ayer en la mañana, como lo hace siempre, salió en su moto rumbo a su trabajo en una finca en Barrealito, pero a pocos metros de llegar fue atacado.


Los pesquisas no descartaban que un vecino con el que había tenido problemas pudiera ser el atacante, ya que a Cortez no se le conocen otros enemigos o gente con la que hubiese tenido relaciones conflictivas.


‘Nosotros queremos que se haga justicia, que la persona que lo hizo, sea quien sea, vaya presa y pague por lo que hizo. Mi hermano hacía una vida tranquila, no era conflictivo’, dijo Mabel, hermana de la víctima.
Policías de Homicidios viajaron ayer a Calingasta para intentar esclarecer el caso.