La versión de Daniel Medina (42 años, padre de dos hijas) es que cumplía su tarea de custodiar del predio del hipermayorista Makro en el lateral Este de Ruta 40 y Cano, Rawson, sentado cerca del sector de la salida de clientes, cuando vio a dos sujetos en moto estacionar, por afuera, en la zona del portón que estaba cerrado. También dijo que pensó que eran conocidos, se acercó y se apoyó con ambas manos en la reja del portón, cuando ocurrió lo inesperado: uno de los sujetos, sin sacarse el casco, enfiló hacia él y sin vueltas sacó un revólver apoyándoselo en el pecho con una exigencia: ‘abrime y dame la moto’. Lo que siguió fue la situación más peligrosa de su vida: ‘cuando me apoyó el revólver le metí el manotazo con esta mano (señala la izquierda) y ahí sentí el fogonazo. Me di vuelta y sentí que se fueron y en el acto se me adormeció el brazo, menos mal que la bala me atravesó esos músculos (del pecho y el homóplato) pero no me hizo más daño’, dijo ayer Medina, desde un centro de salud privado donde se recupera. Todo pasó a las 2,45 de ayer.
Hace 4 años que Medina es empleado de ‘Hunter’ (seguridad Privada) y a pesar del peligroso ataque, asegura que no tiene miedo y seguirá en su trabajo.